Bilbao- ¿Cómo ganar dinero con tus fotografías? Ese es el tema principal que trató el viernes José Barceló, fotógrafo profesional y autor del libro Microstock. Durante su ponencia en la primera edición del Bilbao Photo Experience, un evento patrocinado por DEIA donde la imagen es la protagonista, analizó las nuevas vías para sacar rendimiento a una profesión que ama hasta tal punto como para colgar la bata y arriesgarse a coger una cámara.
‘Microstock’. ¿Qué es?
-Simplificando, es la nueva vía para vender tus fotos a través de agencias de microstock. Subes una imagen a sus plataformas, tras haber acordado ciertas condiciones, y aparece en ellas para que cualquier interesado la compre. Precisamente, ahora soy fotógrafo profesional y no veterinario gracias a este sistema, porque me demostró que realmente podía llegar a vivir de la fotografía.
¿Cuándo surgió esta nueva vía y cómo ha ido evolucionando?
-Apareció cuando se populariza Internet. Todas las webs necesitan fotos, ya sea un comercio local o una multinacional, y ante la gran demanda y la mayor oferta los precios de las imágenes bajaron. En 2000 salió iStock y tras ella han llegado Stockphoto, Shutterstock, etc. Cada día salen unas agencias y cierran otras, pero en general es un mercado que está aumentando mucho.
¿A quién recomendaría este sistema de ventas?
-Principalmente, yo lo recomiendo para tres tipos de personas: para los profesionales que llevan mucho tiempo y ven que caen sus ingresos o que quieren cambiar de estilo; para aquellos que se están introduciendo en el mundillo de la fotografía, y para los aficionados que no pretenden dedicarse a ella profesionalmente pero que quieren ganar un dinero con su hobby.
¿Cómo?
-Los profesionales, por ejemplo, tiran muchas fotos y de ellas se suele publicar un número muy reducido. Cualquier fotógrafo se puede juntar con cien imágenes publicables de las cuales solamente cuatro o cinco llegan a ver la luz, con suerte. Lo que podrían hacer con el microstock sería darle una segunda vida a esas imágenes volviendo a venderlas a través de agencias. Para aquellos que están introduciéndose en el mundo laboral, por otro lado, pueden utilizar esta vía para rellenar aquel tiempo libre que tienen entre encargo y encargo y así continuar sacando un rendimiento a sus habilidades. Si el encargo es una manera de ganar dinero a corto plazo, el microstock es la vía para hacerlo a largo plazo. Yo lo planteo como una manera de complementar mi trabajo.
¿Cuántas fotos habría que vender a través del ‘microstock’ para poder vivir de ello?
-Depende de las condiciones que tengas con la agencia. Puedes ganar desde 25 céntimos por imagen hasta 100 euros. Además, también depende de la licencia por la que se compra la foto.
También ha mencionado que los aficionados podrían beneficiarse.
-Sí. En su caso sería lo mismo que subir las fotos a Facebook, salvo que en la red social igual consigues cinco me gustas mientras que en las plataformas de estas agencias, además de los cinco me gustas, puede que te la compren y saques algo de dinero. Aunque el planteamiento sea de entretenimiento y no de ganarse la vida con ello, puede que te vayas de viaje gracias a tu hobby.
Además del ‘microstock’, ¿qué otras maneras hay a día de hoy para ganarse la vida como fotógrafo?
-Las de siempre: buscarse encargos tanto de particulares como de empresas y ofrecer cursos, talleres y todo tipo de formatos formativos. Es muy difícil vivir de la fotografía, porque parece que todo el mundo tiene un cuñado o un amigo que hace fotos. Esa cultura de la fotografía en la que llegaba el fotógrafo y hacía las fotos como nadie podía hacerlas se ha dejado de lado por un tiempo. Pero yo creo que se está volviendo a distinguir entre las fotos de un profesional y las que puede hacer cualquier persona con una cámara. En cierto modo, el intrusismo no es tan negativo si eres un buen profesional.
¿Por qué?
-En mi caso, que haya intrusismo significa que hay mucha gente a la que le gusta hacer fotos y eso significa que habrá más personas que quieran acudir a mis clases. Además, ayuda a no acomodarse en el sentido de no optar por lo fácil. El fotógrafo tiene que ofrecer algo que no pueda hacer cualquier aficionado con un móvil. El fotógrafo de tienda que se tira dos minutos para sacar una foto ya no vale. Hay que volver a la fotografía artesana, en la que cada uno tiene su técnica y su manera: su toque personal.
¿Cree que el ‘microstock’ será el modelo de venta de fotografía del futuro?
-Es una opción más, pero no la única. Dependiendo del dinero que las empresas o los particulares quieran invertir hay quien optará por el microstock, por el stock tradicional o por las fotografías de encargo. El microstock es un complemento, no para descubrir la fotografía pero sí para darse cuenta de que uno puede ganar dinero con ella. Además, puedes vender tus fotos sin la necesidad de ser un profesional, de tener clientes directos o prestigio. Cada vez se necesitan más fotos y detrás de cada una de ellas hay un fotógrafo. ¿Por qué no puedo ser yo? ¿O tú?