AUNQUE seguro que los aitites de Zierbena tienen nostalgia de su antiguo puerto pesquero, lo cierto es que esta pequeña localidad ubicada en el extremo occidental del litoral vizcaino ha logrado con el paso de los años hacer pervivir el sabor marinero de su puerto, donde ahora conviven armónicamente embarcaciones de pesca y de recreo. En el puerto o junto a la playa de La Arena, cualquier paseante disfrutará de su destacada oferta gastronómica mientras que los turistas más activos podrán disfrutar de su rutas senderistas, del bidegorri más largo del herrialde o de la ascensión a Punta Lucero.

Zierbena, cuya superficie ronda los 10 kilómetros cuadrados y cuenta con unos 1.400 vecinos, es conocida por su sabor marinero. A pesar de sufrir una gran transformación por la construcción del Puerto de Bilbao, mantiene el encanto de antaño con sus barcos de pesca y de recreo. Precisamente, su puerto, junto con las dos playas, especialmente la de La Arena, constituye el principal atractivo de la villa costera.

Es precisamente ahora, con la llegada del buen tiempo, cuando el visitante se verá invadido por el aroma de los pescados cocinados a la brasa en los asadores y restaurantes del puerto, donde el paseo nos reconcilia con el pasado arrantzal de Zierbena. Y el mantel de sus restaurantes, también, dada su oferta gastronómica, incluidas las raciones de diferentes tipos. No en vano, a finales de verano, la localidad recibe un aluvión de visitantes en su fiesta del marisco.

Desde estas fechas, con el sol despuntando, el paseante activo disfrutará del encanto de sus dos playas, la de La Arena, de casi mil metros, y la artificial de cien que “únicamente asoma en bajamar”, según el Departamento de Turismo, que destacan su idoneidad “para el baño infantil”.

Zierbena también plantea alternativas para los amantes de la actividad física, ya que en su playa más visitada comienza el bidegorri más largo de Bizkaia, un paseo acondicionado para cicloturistas y peatones de once kilómetros de longitud, de los cuales cuatro discurren por Zierbena, para continuar después hacia Portugalete. Otra de las excursiones clásicas es la ascensión a Punta Lucero, de 307 metros de altitud, que las mismas fuentes nos venden como “una impresionante atalaya desde la cual se divisan espectaculares vistas del mar Cantábrico.

interior Aunque su historia está ligada a su puerto, la visita no debe concluir sin disfrutar del encanto de los barrios de interior, de La Cuesta, Valle, Kardeo y San Mamés, que ofrecen “muchos y variados lugares de interés”, entre los que destacan los montes Serantes, Montaño y Punta Lucero. Desde todos ellos, el visitante podrá disfrutar de impresionantes vistas panorámicas. También las ofrecen sus rutas de senderismo, incluida la del Camino de Santiago, que se pueden realizar a pie o en bicicleta, y que incluyen preciosas vistas de mar y montaña. Sin salir del pueblo, otros atractivos son la parroquia de San Román, la iglesia de Nuestra Señora Virgen del Puerto y la ermita de San Ignacio de Loyola.