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‘El vendedor de tapices’, de Fortuny, invitado en Bilbao

La obra del pintor catalán permanecerá en el Bellas Artes tres meses

‘El vendedor de tapices’, de Fortuny, invitado en Bilbao

bilbao - El Museo de Bellas Artes de Bilbao exhibirá durante tres meses El vendedor de tapices, una acuarela detallista que representa una colorista escena marroquí, considerada como una de las obras más relevantes de la carrera artística de Mariano Fortuny (Reus, 1838-Roma, 1874). La obra ha sido cedida por el Museu de Montserrat y se expone en el marco del programa La obra invitada, patrocinado por el Banco Santander.

No es la primera vez que Mariano Fortuny es el invitado de honor en el Bellas Artes de Bilbao. En 2006, su cuadro Playa de Portici, pintado en 1874, visitó también el museo, dentro de esta iniciativa que tiene como objetivo acercar obras maestras de otros museos e instituciones culturales para el disfrute de los bilbainos.

“Esta acuarela, que por sus características parece una pintura al óleo, es una de las obras cumbres de Fortuny. Pertenece a uno de sus mejores momentos, cuando más resaltaba el color y la luz. Fortuny lo transmite con pasión”, explicó Josep de Calassanç Laplana, director del Museu de Montserrat, que acudió ayer a la presentación de la obra en Bilbao. Junto a él, se encontraban la concejala de Cultura, Ibone Bengoetxea, en representación del Ayuntamiento, que ejerce este año la presidencia del Patronato, y el director del Bellas Artes, Javier Viar.

Fortuny llegó a Roma en 1859 para perfeccionar su oficio, pensionado por la Diputación de Barcelona. Contactó muy pronto con los pintores llamados macchiaioli, aunque nunca fue tenido como tal. La Diputación de Barcelona le encargó un reportaje gráfico sobre la guerra colonial española en el norte de África, por lo que viajó dos veces a Marruecos, y de ahí le surgió el interés por el tema orientalista. El vendedor de tapices representa un tema de gran atractivo para los pintores orientalistas por su exotismo y color.

La pintura de Fortuny obtuvo un gran éxito, pero también tenía que doblegarse a la demanda de los clientes, que solicitaban escenas anecdóticas con personajes vestidos con casaca o también con costumbres exóticas del mundo islámico.

Fortuny terminó El vendedor de tapices en París y lo presentó públicamente en la exposición que le preparó Goupil en su galería de la plaza de l’Opéra en mayo de 1870. Aquella muestra reunía y ponía a la venta, a unos precios que hicieron estremecer el mundo, las mejores obras del artista, entre ellas este cuadro. Lo compró por 20.000 francos el banquero Murrieta, un vasco establecido en Londres y hombre de grandes negocios. El más famoso crítico de arte del París del Segundo Imperio, Théophile Gautier, habló elogiosamente de aquella exposición y de este cuadro.

En julio de 1956 lo adquirió en la Sala Parés de Barcelona el industrial Josep Sala Ardiz por la cantidad de 350.000 pesetas. En 1980, El vendedor de tapices llegó a Montserrat como parte del legado de la colección de arte de Josep Sala, lo que motivó una ampliación del museo.

La ocasión bien lo merecía. La obra de este pintor, grabador, fotógrafo, inventor y diseñador ocupa lugares privilegiados en los museos. Fortuny podría decirse que quiso crear el impresionismo poco antes de que Monet realizara su Impresión, cuadro que dio el nombre a la corriente pictórica. Hoy su pintura se distingue por la prodigiosa perfección y la jugosidad chispeante de su color.