EL do de pecho tronó por el ancho mundo de la ópera, una elegante geografía donde corren ríos de voces y se yerguen señoriales montañas desde las que los prodigios se cantan a viva voz. No por nada, son legión los coleccionistas cosmopolitas de tardes o noches memorables que persiguen programas de mano cargados de grandes esperanzas, desde Estados Unidos a Japón, patrias ambas de melómanos empedernidos. El do de pecho, digo, sonó con estruendo para anunciar, en los idus de marzo, los carteles de la 64ª temporada de ópera organizada por ABAO-OLBE para el bienio 2015-2016 y patrocinada por DEIA. Les va a dar tiempo a sacar las entradas y programarse un viaje por la vieja Europa....
Algún que otro despistado aún se preguntaba, antes de que el presidente de la ABAO, Juan Carlos Matellanes, saliese al estrado a explicar las causas, el porqué de este adelanto. Conocidas las poderosas razones, la tarde se convirtió en una celebración. No por nada, el anunció de la Messa da Requiem de Giusseppe Verdi se celebró como los anuncios navideños de Freixenet, como un signo de distinción. No ya los amantes del bel canto de extrarradio (así los definió un aficionado que pidió el anonimato para que no le tildasen de fanfa...), sino los propios melómanos bilbainos auguran un entradón para esta obra que compuso el maestro italiano, impresionado por la muerte de su compatriota Alessandro Manzoni en 1873. Manzoni, como Verdi, estaba muy comprometido con la unidad de Italia llevada a cabo unos años antes, compartiendo con él los valores típicos del Risorgimento: la justicia y la libertad.
la bella voz de chiara Me va a perdonar el bueno de Juan Carlos, pero más celebrada que la suya -y que la del presentador, Koldo Campo, o que la del director artístico de la ABAO, Cesidio Niño...- fue la bella voz de la soprano italiana Chiara Taigi que pobló la tarde-noche de armonía. Testigos de cuanto les cuento fueron, entre otros, el alcalde de Bilbao, Ibon Areso; Joxean Muñoz, la diputada de Cultura, Josune Ariztondo; Txema Vázquez Eguskiza, Javier Chalbaud, Ignacio Erice, Mariví Mendia, José Antonio Isusi; Pedro Ensunza y José Andrés Gorricho en nombre de IMQ; Montse Chirapozu, Javier Andrés, en nombre de Editorial Iparraguirre; Maite de la Fuente, Carmelo Flores, Iñigo Iturrate, Jesús Urrutikotxea, Fernando Llarena, José Luis Sabas, Julen Ballesteros, del hospital San Eloy; José María Bronte, Jon Ortuzar, encantado de ejercer de anfitrión de las grandes voces, y un largo etcétera de invitados que escucharon con atención la buena nueva de la próxima temporada. Serán 64 años ya, toda una vida de la ópera en Bilbao que no tiene vocación alguna de jubilarse por mucho que se acerque a la edad.
Se sumaron al encuentro, además de los citados, Arturo Trueba, José María Amantes, Antonio Barandiarán, en nombre de la Casa de la Misericordia; Mercedes Ellacuria, Alfonso Martínez Cearra, Patxi Villanueva, bilbaino ejerciente; Héctor Madariaga, Beatriz Marcos, Begoña Ruiz de Erentzun, quien maneja los hilos de ABAO Txiki con entregada pasión; Eugenio Behal, Emilio Vega, Roberto Alonso, Enrique Portocarrero, María José Martínez, José Luis Bengoa, Cristina Aranguren, Antonio Oña, Rafael Careaga, Santiago Goyarrola y todo un elenco de asistentes que conformaron el cuadro de un patio de butacas rebosante. Le escucharon a Matellanes adelantar algunos datos del presente en una tarde del futuro. Por ejemplo, que 12.100 espectadores han vivido en persona este año las representaciones de Madama Butterfly, la inmortal ópera del italiano Giacomo Puccini.