ZATOZ Eara, baserritar eta itsastar espiritua ezagutera”. Pocas veces un lema turístico se acerca a la realidad como el de Ea, pequeña localidad vizcaina cuya belleza aparece agazapada entre el mar y la montaña. El viajero podrá pasear y disfrutar por su casco marinero, su playa, sus puentes y senderos montañeros.
Desde Euskadi Basque Country, el Gobierno Vasco incluye a Ea como destino para el perfil de “viajero sosegado”. Escondida entre pliegues de arena y montaña, evoca el reverso marinero de Euskadi, aquel que se sazona con redes de pesca, muelles húmedos y botes varados. Surgida en el siglo XVI y con una fisonomía adaptada a su puerto natural, históricamente fue una villa bicéfala, a caballo entre los barrios de Bedaroa y Natxitua.
Un paseo por Ea, de apenas mil habitantes, permite encontrarse con rincones -callejuelas estrechas, casas de piedra y los 4 puentes que unen las dos márgenes del riachuelo que la divide- por los que el último siglo parece no haber pasado. También es habitual en invierno encontrarse con algún pescador en la ría o la playa, sin los agobios de los veraneantes estivales.
La villa de Busturialdea también ofrece edificios de modesta belleza e historia, como las parroquias Santa María de Jesús, San Juan Bautista o Ntra. Señora de la Consolación, que alternan los estilos barroco y renacentistas, en los primeros casos, y neoclásico en el último. En el caso del Ayuntamiento, es un edificio de grandes proporciones de caliza gris con un alto pórtico bajo sus vanos abalconados. Destacan también dos baserris con origen en el bajo Medievo, Anduiz y Aiua, ambos con acceso ojival adovelado, así como Elletxe, construcción de madera y fuertes pilares que guarda las artes de pesca. “Es el edificio de Ea por antonomasia, ya que forma parte de la escudo de la ciudad”, explican desde la corporación.
Ea, que se enorgullece del yacimiento paleontológico de Asurtoki, ofrece también varios recorridos, como el denominado Sendero de las letanías, de 3,2 kilómetros y con visitas a las ermitas de San Bartolomé y Talako Ama; Disfrutando de las buenas vistas, de 2,5 km, con vistas panorámicas, de Bedaroa y el calero; Por el camino de Reyes, de 5 km y paseo por Natxitua, fuente y lavadero de Iturriña, y playa de Lapatza; y Siguiendo el agua, de 7 km y un mayor grado de dificultad, que conecta con los antiguos molinos de Legartza, Goikoetxe y Urtubiaga, y el bosque de ribera.