Joan Manuel Serrat, ese cantante eterno nacido en el Mediterráneo y amado en varios continentes, ha sido galardonado esta semana como persona del año en los Grammy Latinos, en Las Vegas, cuando están a punto de cumplirse 50 años de su primera aparición pública; además, ha logrado el disco de oro con Antología desordenada (Sony), un cuádruple CD en el que repasa su repertorio con la “buena compañía” de decenas de músicos, de Rubén Blades a Sabina, pasando por Silvio Rodríguez, Mercedes Sosa, Miguel Ríos, Aute o Calle Trece. Serrat actuará a mediados de 2015 en Iruñea, Bilbao y Donostia.
El septuagenario cantante, cuyo rostro burlón sigue evocando a aquel Noi del Poble Sec, está viviendo un mes que no olvidará nunca. Cuando está a punto de cumplirse medio siglo de su primera aparición artística (en un programa de Radio Barcelona), acaba de ser nombrado artista del año en Las Vegas, en una noche en la que músicos como Juanes, Bosé o Calamaro cantaron su repertorio, que ronda las 600 canciones.
Serrat, cuya voz de leyenda todavía ronda la plenitud tras cinco décadas de carrera, ha preparado una antología muy personal con 50 canciones seleccionadas por él mismo, en su mayoría regrabadas y con gran abundancia de dúos -algunos sorprendentes- con músicos amigos y reputados de cuya colaboración se siente “muy feliz y honrado”. El catalán, que ha reconocido que “nadie dijo no” a sus peticiones, ha invertido nueve meses en el estudio para ultimar las regrabaciones. “Nos unía el afecto o, como mínimo, la simpatía en esta puesta al día de mis canciones”, apostilla.
Antología desordenada es el resultado, cincuenta temas aderezados con 104 páginas que repasan en primera persona los episodios más señalados y algunos de los secretos de su carrera, junto a un centenar de fotografías. “¿Por qué estos 50 temas y no otros? Por una elección personal. Cada quien tendrá la suya y esta es la mía”, declara el artista, que decidió conservar once temas en sus registros originales, entre ellos sus colaboraciones previas con Noa, Sole Giménez, Miguel Ríos o Víctor y Ana. “Una grabación nueva no iba a aportar nada a las preexistentes”, asegura.
El resto se han vuelto a grabar para la ocasión, en soledad o formato de dúo. La antología proyecta la personalidad de su autor cuando se define como “un provinciano y también un hombre sin fronteras”, ya que “no puedo tener vuelo internacional sin estar perfectamente arraigado a un territorio”. La consecuencia es que el proyecto incluye múltiples rescates en catalán y un abanico inabarcable de colaboraciones internacionales. En el primer caso, suenan Res no es mesqui, Canço de Bressol o la emotiva Canço de matinada. Y también Pare, El meu carrer, que el enorme Miguel Poveda acerca al flamenco, la orquestal y escalofriante Play al mar, con la emergente Silvia Pérez Cruz (la voz de Granada, uno de los mejores CDs de este año); o un Temps era temps, con otro resistente, Pi de la Serra.
En la antología no podía faltar su alter-ego, Sabina, con quien comparte, en un gran guiño de colegueo, Me gusta todo de ti, y destaca también Carmen Linares (llega menos que antes, pero su voz tiene más cuajo) en La saeta. En el otro lado de la balanza se diluyen los logros de las originales Señora, con Dani Martín (lo hicieron mejor Los Enemigos); Alejandro Sanz con Romance de Curro El Palmo, que no hace olvidar la visión tan personal de Antonio Vega; un Mediterráneo en el que se baña Lolita, con ecos de rumbita, al igual que Me’n vaig a peu, con Estopa; o un Paraules d’amor que aligera Pablo Alborán.
transoceánicos La incalculable influencia de la lírica y la voz de Serrat al otro del mar se confirma con un aluvión de participantes. Sobresalen la ironía y gracia de Les Luthiers en Las malas compañías; la sensibilidad de Milanés en Te guste o no; la desnudez acústica de Lucía, con la guitarra y voz de Silvio Rodríguez; o la inolvidable Fiesta, con aires de jarana catalana, junto a un grupo de músicos argentinos. También está representada la brasileña María Bethania y destacan el comprometido Rubén Blades, que viste de salsa Para la libertad, y el rapeado de Calle 13 en Algo personal, hoy de total actualidad ante tanta corrupción. Y aunque Serrat asegura que “no se siente rehén” de sus temas, no podían faltar Pueblo blanco, El sur también existe (con texto de Benedetti) Aquellos locos bajitos, De vez en cuando la vida? 50 años y 50 canciones eternas.