FIEL a su nombre, el Mojito Social Club es la referencia de este combinado en Bilbao, donde Pablo Fernández, su propietario, lo prepara de forma artesanal, fruto de una dilatada experiencia regalando el paladar con este sabroso brebaje cubano.
La esencia cubana corre por las venas de su propietario, sin embargo, no es una bodeguita al uso. En un marco de aire vintage, incluso la música suena en esta misma línea. Así, con una elaboración muy cuidada, el mojito resulta una experiencia excitante. De igual manera, otra de las especialidades de la casa son las caipiroskas de fresa natural. Aunque también merecen ser tenidos en cuenta los daikiris, gin-tonics y combinados “bien preparados y bien servidos”, asegura Pablo.
A todo ello se le añaden unos toques de latin jazz, soul y música vintage, con un sonido “muy bien conseguido”, para hacer de la visita al Mojito Social Club una experiencia que gusta repetir.
La decoración retro de este establecimiento de Abando toma fuerza en los detalles que recuerdan a Cuba, como un cuadro con puros de La Habana. El objetivo es brindar un espacio en la ciudad donde tomar un combinado acompañado de buena música, a gusto y entre amigos.
Valiéndose de distintos recursos decorativos, Pablo ha llegado a un concepto diferente al de la típica taberna cubana, más urbano, que da personalidad al Mojito Social Club. En este ambiente reúne a una clientela variopinta, joven y menos joven, alrededor de un auténtico “mojito... para empezar. Agrada, entona y alegra. Cerveza rubia o morena. ¡Pon a trabajar el bar!”, como reza el viejo poema cubano.