BOCHOCO es un dulce establecimento de Bilbao cuya especialidad son los cruasanes -seleccionados como los segundos mejores del todo el Estado- y en chocolates, pero en sus vitrinas se exponen unas excelentes palmeras, como la de chocolate de almendra, y una exitosa variedad de cronuts, mezcla de donuts y cruasan de diferentes sabores.

En esta cafetería-pastelería se puede desayunar con los cruasanes recién horneados en el obrador que tienen a vista del público. “Queremos que la gente vea todo el proceso de elaboración de lo que consumen. Aquí nada se esconde, todo es de calidad y horneado in situ, nada de masas congeladas”, señala Jon Cabello, gerente, chef de Bochoco, que ahora está inmerso en su especialización en chocolates y, para ello, elabora diferentes tipos, como el de tofe. “Estamos elaborando nuevos chocolates y para septiembre dispondremos de una nueva carta de chocolates a la taza con denominación de origen, para que los clientes puedan elegir entre una variedad de ellos”.

Además, cuentan con una variada oferta de tés y cafés. Quien pasa por Bochoco tiene que probar la crema helada de café, un capricho refrescante y delicioso. Otra de las facetas de Bochoco es que se realizan talleres muy participativos de cocina y repostería dirigidos a niños y adultos o en familia.

El nombre de la cafetería, “es una combinación entre bon choco, que significa buen choco en catalán -en homenaje a esa tierra donde aprendí de los mejores maestros-, pero también de bocho, nuestro Bilbao”, apunta Jon. Atentos a este nombre porque en octubre vuelve a presentarse al concurso estatal de croissant y, si Jon gana, en Bilbao podríamos comer los mejores croissants del estado.