Cuando Boggie -que era como llamaban sus conocidos a Humphrey Bogart- falleció en 1957, su viuda Lauren Bacall grabó Si me necesitas, silba en un silbato de plata que dejó en el ataúd de su esposo. Ayer, tras 57 años de separación, Bogart silbó. La actriz estadounidense fallecía en su domicilio de Nueva York a la edad de 89 años. Existe una macabra leyenda en Hollywood que pronostica que la muerte de una estrella nunca viene sola. La noticia de la muerte de Bacall se conocía tan solo unas horas después de que el mundo del cine se sobrecogiera al enterarse del fallecimiento del actor Robin Williams, de 63 años, cuyo cadáver aparecía colgado de un cinturón en su dormitorio.

En esta ocasión, fue un derrame cerebral el que arrebató la vida a Bacall, la viuda de Hollywood gracias a - o por culpa de- su matrimonio con Humphrey Bogart, que le aseguró su lugar en la historia, pero eclipsó una trayectoria jalonada con dos premios Tony, el premio Zinemaldia en 1992, un Oscar Honorífico a su carrera, un National Book Award y un puñado de obras maestras del cine.

La flaca, como era conocida en Hollywood, tuvo fama de ser una mujer inteligente y de carácter, algo que en la época dorada del cine no era bien visto, y que le supuso varias suspensiones por parte del director de Warner Bros., que acabó haciéndole pagar para poder rescindir el contrato con el estudio.

bogart-bacall Lauren Bacall nació el 16 de septiembre de 1924 en el Bronx (Nueva York) con el nombre de Betty Joan Perske. Tenía sangre judía polaca (era prima de Simon Peres) y rumana. Superada una inicial vocación de periodista, enfocó su carrera a la interpretación.

Esta mujer de porte elegante y voz ronca debutó en la gran pantalla de la mano de Bogart cuando tenía 19 años en Tener y no tener (1944). El director de la película, Howard Hawks, contó que cuando Lauren Bacall, que entonces aún se llamaba Betty, comenzó las pruebas para el rodaje, estaba tan nerviosa que se presentó presionando su barbilla contra el pecho y mirando hacia arriba, consiguiendo, sin pretenderlo, el efecto de una mirada sexy y penetrante. Esta expresión, entre descarada y cínica, fue conocida como “la mirada” y se convirtió en su marca.

Cuando se conocieron, Bogart tenía 45 años y gozaba ya de fama y prestigio y en el terreno personal contaba ya con tres divorcios. Pero aquella mirada y aquel “Si me necesitas, silba” que le espetaba la actriz en el filme le volvieron loco y acabó casándose con la joven actriz un año más tarde. Solo tuvieron oportunidad de rodar juntos cuatro películas: Tener o no tener, El sueño eterno (1946), con guión de Raymond Chandler; La senda tenebrosa (1947), de Daves, y Cayo Largo (1948), de Houston.

Su unión fue feliz y duradera y solo terminó con la muerte de Bogart en 1957 debido a un cáncer de esófago. Hollywood se preguntó entonces si existía Bacall sin Bogart. Coprotagonizó varias películas con John Wayne y compartió rodaje con muchos de los galanes de la época como James Stewart, Rock Hudson, Gary Cooper, Gregory Peck, Tony Curtis y Paul Newman. Protagonizó el melodrama de Douglas Sirk en Written on the Wind. Su vida sentimental no se paralizó. Cuatro años después de la muerte de Bogart, y a pesar de que llegó a anunciar segundas nupcias con Frank Sinatra, se casó con Jason Robards Jr. del que se divorció en 1969.

Poco a poco Hollywood fue olvidándola y ella decidió trasladarse a su Nueva York natal, para enfocar su carrera en Broadway. En el fondo, siempre había sido demasiado neoyorquina para Hollywood...

En Broadway ganó dos premios Tony por Applause y The Woman of the Year. Sus regresos al cine fueron como invitadaen títulos como Asesinato en el Orient Express, y se dedicó a escribir sus memorias, tituladas By Myself, que le dieron el National Book Award.

En 1992 le concedieron el Premio Donostia, que recibió emocionada en el Victoria Eugenia, donde dio un recital de estilo y elegancia. “I love Donostia”, dijo la legendaria actriz.

En 2009, le dieron el Oscar honorífico. “La idea de que cuando llegue a casa voy a tener en mi habitación un hombre con dos piernas es excitante”, dijo sarcásticamente.