Con la honestidad que siempre les ha caracterizado por delante, apuntalada en una valentía inusitada, Kerobia, uno de los referentes de la vanguardia musical cantada en euskera, ha decidido poner punto y final a su exitosa trayectoria. Un adiós no exento de tristeza, sobre todo para sus seguidores, pero alejado de cualquier mal rollo entre sus integrantes.
Xabi Bandini (voz y guitarra) y Alberto Isaba (bajo y contrabajo) relatan los motivos de la decisión tomada a la par que echan la vista atrás, rememorando el camino recorrido, un transitar ejemplar que les llevó a editar su último disco, Supernova, a través de una exitosa campaña de crowdfunding que no hizo si no contrastar el apoyo que sus seguidores han brindado al grupo, materializado en esta ocasión en cerca de 25.000 euros. “Precisamente, fue una vez editado Supernova, y tras pasar los nervios que supuso todo el proceso, cuando nos dimos cuenta de que estábamos cansados, desganados y que no nos apetecía la gira; quizá sí otra cosa... Así que decidimos darnos un año para estar tranquilos y pasado el plazo volvernos a juntar. Así lo hicimos, y cuando volvimos a plantear el tema, simplemente no teníamos una propuesta para hacer, ni una previsión de tenerla... Lo que quería decir que igual la magia se había acabado”.
Así de sencillo y de duro, pero no extraño para quienes han conocido la particular manera de hacer del grupo. “Kerobia siempre ha tenido la actitud de ir más allá. Por eso, la sensación de girar con un trabajo para mantenernos en la onda no nos parecía ni atractiva ni coherente. Total, que con el adiós de Kerobia lo que estamos intentado decir es que lo que hemos entendido como Kerobia toca a su fin... pero nosotros, como músicos, seguiremos haciendo música, para nosotros y sin ningún tipo de proyecto... Y siempre en clave de honestidad”. De esta forma, los integrantes dejan abierta una puerta abierta a la esperanza, no de que regrese Kerobia pero sí de que sus inquietudes musicales puedan salir a la luz en un futuro bajo otro nombre. “Decir adiós a Kerobia supone para nosotros cerrar un ciclo que se ha acabado y, a su vez, trasladar a la gente que le gusta el grupo y, sobre todo, a aquellos que formaron parte de Supernova, que no va a haber continuidad en este aspecto. Como músicos, nos seguiremos juntando para tocar música y disfrutar... Lo que venga de nuevo, ya vendrá”, resume de forma meridiana Bandini. “No ha sido una ruptura traumática ni nos hemos separado ni tenemos visiones diferentes de la jugada. Simplemente, creemos que lo mejor es que Kerobia muera y que lo haga como todos la recordamos”, apostilla Alberto Isaba, bajista.
Ahondando todavía un latido más en la honestidad ya citada y en las razones que les han llevado a poner fin a un grupo con seis discos a sus espaldas, Xabi se pregunta en voz alta “¿qué nos aportaba ahora seguir como Kerobia? Un nombre que soportaría unos cuantos discos mediocres, o cierta facilidad para hacer algunas cosas... Pero nosotros lo que queremos es volver a aprender de nuevo, juntos, tocando tranquilamente sin ninguna maleta. Esto no sé cómo le sonará a la gente, pero a nosotros nos suena muy natural”. “Hubo un intento, en Epílogo, de intentar desvincularlos de toda la maleta que lleva Kerobia detrás, pero no lo conseguimos porque en todas las promos y carteles, como es normal, sigue poniendo Kerobia, aunque fuéramos en acústico. Es decir, no era Kerobia pero se entendía como tal. De esta forma vimos que si quieres aparcar una cosa, hay que cerrarla y luego ya se verá”.
La primera consecuencia del fallecimiento de Kerobia es, evidentemente, que su último disco, Supernova, se va a quedar huérfano de presentaciones en directo. “Nos han propuesto conciertos muy interesantes en este sentido, pero es que si estuviéramos en disposición de tocar un concierto como se merece, significaría que no estamos en disposición de dejarlo. En este sentido, yendo a lo mundano, porque nosotros somos muy mundanos, tenemos grandes problemas de agenda. En la gira anterior, por ejemplo, ensayábamos a las once de la noche, nos metíamos en la cama a las dos y al día siguiente tenías que ir a trabajar... De esa forma no se disfruta ni de la música ni de los compañeros. Algo que apuntó bien Alberto a mitad de la gira”, explica Xabi, complementado por el propio Alberto: “Lo único que hemos tocado de Supernova fue un acústico para Euskadi Gaztea, y tuvimos que ensayar el día anterior a las once de la noche, y fuimos a grabarlo haciendo malabarismos con las agendas”.
el éxito bien entendido Nadie en sus cabales duda del valor y la importancia que ha tenido Kerobia en la escena musical euskaldun, aunque mirado desde un punto de vista más banal, en el sentido del éxito tal y como se concibe popularmente, el grupo quizá se quedó a las puertas de, por ejemplo, alcanzar ciertas cotas de ventas o de conciertos. Algo, por otra parte, que no entra en el propio concepto de éxito de la banda. “Siempre nos hemos sentido más cómodos, sin ser poéticos porque es la verdad, en nuestro universo. Nosotros nos creamos un espacio y trabajamos en ese espacio. El hecho de, por ejemplo, tomar el camino de la autogestión, nos dirigió, ni más ni menos, a llegar a menos gente o a tener que dedicar más recursos y tiempo a infraestructura que a la música”, explica Bandini. Al final, el mundillo este tiene unas normas de juego, con una serie de pautas que si la sigues puedes llegar a determinadas cotas, pero si no las sigues no hay nada que hacer. En este sentido, las decisiones que hemos tomado durante la vida del grupo y el camino al que nos dirigimos estaban enfocadas a estar nosotros a gusto, no tenían pretensiones de vivir de la música... Recuerdo, por ejemplo, que cuando nos salimos de la SGAE, aquello parecía una locura, con la pasta que manejan, pero es que nosotros creímos que no debíamos estar, y nos despedimos con la conciencia muy tranquila y con la sensación de haber hecho las cosas si no bien, porque hay muchas formas de hacer las cosas bien, sí de la manera que en cada momento nos pareció más acertada y honesta. Y así hemos funcionado”.
Un funcionamiento que, aunque su prudencia y humildad les impida comentarlo, ha provocado que Kerobia sume a su buen hacer musical hitos ahora admirados por otras formaciones, como la citada ruptura con la SGAE, la autogestión integral o la aplicación de los nuevos medios tecnológicos, la conversión de un grupo meramente musical en un proyecto multidisciplinar. “Yo, por mi parte, -apunta Xabi- creo que Kerobia ha tenido un éxito brutal. Y me explico. Fíjate qué mamarrachos somos que hemos tirado siempre por el lado casi contrario al que incluso nuestro público nos decía que teníamos que seguir... Hemos dado muchos giros, y aun así, conseguimos que para nuestro último trabajo mil personas lo financiaran y apostaran por el disco. Kerobia ha hecho las cosas como creía que tenía que hacerlas en todo momento y además ha conseguido resultados”.
Mirando hacia dentro Con la decisión de morir ya tomada y asumida, Xabi y Alberto aceptaron el reto de hundir la mirada en el espejo retrovisor y dejarse llevar por lo que ha significado y sido Kerobia para ambos. Para el cantante y letrista de la formación, “Kerobia ha sido una herramienta que nos ha servido para hacer, aprender, experimentar y ver el resultado de que cuando las cosas se hacen con un trabajo exhaustivo e intuición, pero sobre todo con honestidad, tienes muchísimas papeletas de que salgan adelante. Este es un mensaje que como personas y como equipo podemos trasladar a los demás, sin tener un carácter altruista, pero nuestra experiencia nos dice que cuando quieres hacer algo diferente, fuera de los cánones, si quieres, se puede hacer. Por otra parte, y a nivel personal, para mí ha sido un puente en el que vas echando todo y das rienda suelta a muchas cosas. Aunque suene a tópico, ha sido bastante terapéutico; de hecho, en mi caso, he pasado de hablar mucho de mí mismo, algo que hacemos todos, a desarrollarme como persona. Esto se traslada en el hecho, por ejemplo, de que Supernova ya no era un lamento de la vida sino que proponía cosas; ya que cuando uno está bien por dentro es cuando puede ofrecer o dar”.
“Para mí -toma la palabra Alberto- ha sido una escuela enfocada a cómo trabajar con otras tres personas bajo cierta presión e intentando equilibrar lo que se espera de ti y lo que tú crees que tienes que hacer. Y, además, me ha demostrado que, al final, siempre vale el corazón. Es decir, si estás convencido de algo, debes olvidarte de todo lo demás y seguir por ahí”.
Como ejemplo de esta filosofía, basta girar la vista a Supernova, un disco “que no era un producto industrial, que incluso aportaba a cada persona que lo compró un trocito de verdad, materializado en un trozo del mural que se elaboro ex profeso para este trabajo”, recuerda de nuevo Alberto.
Sus canciones Ambos no dudan a la hora de elegir una canción de Kerobia. Alberto se queda con Esnatu naiz. “Le tengo un cariño especial, no porque fuera uno de los temas con mayor acogida, sino porque cuando entré en Kerobia, con mi bajo colgado al hombro, la oí y ya dije que era un temazo. Además, hice un pequeño arreglo que gustó mucho a la banda. Me recuerda a mi entrada en Kerobia”. Xabi, sin embargo, se decanta por Le monde est crue et j’ai été un connard, porque “es un tema que me pone a cien, con los solos, el bloque del final... Ahí aprendimos un montón”.