"Es un ejemplo, porque afronta su profesión con total libertad"

BILBAO - El director del Museo Guggenheim se congratula por un premio que considera "merecido". "Se trata de un reconocimiento que se le hace a un arquitecto que ha contribuido a mudar infinidad de espacios y, en Bilbao, concretamente, con un edificio extraordinario que ha impulsado la transformación de la ciudad".

¿Es un profesional apasionado?

-Es un arquitecto que refleja la libertad en su manera de afrontar su propia profesión. Una persona de 85 años que sigue creando e innovando, y a la vez es un hombre práctico, porque ha conseguido que sus proyectos se hagan realidad.

¿Cómo se comporta en las distancias cortas?

-A su calidad como arquitecto le une una calidad humana importante, que quizá tiene más valor. Es una persona que ha sabido entender nuestro carácter y manera de ser. En el caso concreto del Guggenheim, ha sabido comprender desde el principio lo que el museo implicaba para la ciudad.

Usted lo valora mucho.

-Mucho. Mi primer contacto con él fue en 1991 y a pesar de su trayectoria ya era una persona fácil en el trato y muy interesada en conocer el lugar en el cual se quería desarrollar la idea. Trabajar con él ha sido una experiencia enriquecedora y fácil. Fácil en el sentido de que es un arquitecto con las ideas claras. Y muy exigente. Pero una vez que entendió cuál era nuestra manera de trabajar, que los compromisos se cumplían, que no estábamos jugando... Cuando él vio eso, todo fue más sencillo.

No tiene ocho apellidos vascos, pero casi es 'de la casa', ¿no?

-(Risas). Siempre ha dicho que aquí se encuentra a gusto, como si estuviera en casa, y lo dice de verdad.

¿Se emocionó con la fiesta de cumpleaños del Guggenheim?

-Mucho, fue para él una ocasión especial y entrañable.