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Sinfonías a ritmo de percusión africana

La Euskadiko ikasleen orkestra ofrecerá su temporada de conciertos junto a once percusionistas keniatas

Sinfonías a ritmo de percusión africanaDavid de Haro

DESDE que la Euskadiko Ikasleen Orkestra (EOI) iniciara su trayectoria hace nueve años, los ochenta jóvenes de entre 15 y 18 años que componen la agrupación han tenido la oportunidad de viajar al extranjero de forma bianual con el fin de conocer otros sistemas educativos musicales como el venezolano o el colombiano. Este año tocaba subir al avión. Sin embargo, durante las próximas semanas los jóvenes músicos vascos se quedarán en tierra para vivir una experiencia igual de enriquecedora siendo ellos quienes reciban la visita de un conjunto muy especial: Anidan-Bloko de Valle Juniors Band, un grupo formado por once jóvenes percusionistas procedentes de una casa de acogida de la isla de Lamu (Kenia). Bajo el nombre de Tambores desde África, ambas agrupaciones compartirán escenario durante la temporada de conciertos de este año, que se iniciará el 22 de abril en Gasteiz para recorrer, posteriormente, Madrid, Donostia, Bilbao y Zaragoza.

La gira servirá como excusa para presentar el estreno de la obra África, escrita por Donato Goyenechea y orquestada por Tomás Aragüés. Además, por primera vez, los recitales contarán con las voces del Orfeón Donostiarra Gazte. Cuenta de los detalles de la iniciativa dieron ayer algunos de sus principales promotores como Jesús Fernández Ibañez, director de Centros Escolares del Gobierno vasco, Iñaki Iraola, coordinador del proyecto EOI, Iker Sánchez, director de la EOI, y Gotzon Cañada, en representación de la ONG Anidan-Bloko del Valle Juniors Band.

En palabras de Sánchez, cuatro elementos principales serán los que protagonicen los conciertos de este año. El primero a tener en cuenta será "la propia EOI", que dará comienzo a la función con la Jazz Suit nº2 de D. Shostakovich. "Participarán instrumentos que no son muy visibles en una orquesta sinfónica, como una sección de saxofones, pianistas, acordeonistas y guitarristas". La segunda de las piezas, Introduction and Rondo Capriccioso Op. 28 de C. Saint-Saëns, contará con Olatz Ruiz de Gordejuela como solista; "una gran violinista que el año pasado ganó el concurso de intercentros de Euskadi y actualmente está estudiando en el Reina Sofía de Madrid".

Tras la pausa, sonará el Te Deum Op. 103 de A. Dvorák, en la que la EOI estará acompañada por las sopranos Abenauara Graffigna y Elisa Di Pierto y el barítono Gexan Etxabe. En esta ocasión, la orquesta "contará con un grupo vocal externo a la propia EOI", el Orfeón Donostiarra Gazte. "Al margen de la música, esto será una oportunidad para que los chavales de la orquesta y los del coro puedan compartir diferentes entornos y visiones, para que convivan estos días", señaló Sánchez.

Finalmente, el estreno de África será el que ponga "el punto especial este año", momento en el que los chicos y chicas de Kenia subirán al escenario con sus "tremendos tambores". "Es algo realmente novedoso el fusionar esta música de la calle, de la batucada, con lo más clásico, lo más tradicional, una orquesta sinfónica; lo estático con lo corporal", apuntó el director de la EOI, formada por estudiantes de Conservatorios de Música de las tres capitales de Euskadi y las Escuelas de Música.

Antes de los conciertos, durante los próximos días, los integrantes de la Euskadiko Ikasleen Orkestra y los percusionistas keniatas ensayarán y convivirán durante unos días en el albergue alavés de Barria, donde tendrán oportunidad de compartir sus experiencias. Durante la gira, está previsto que los integrantes de Anidan-Bloko del Valle se alojen en las casas de los jóvenes con el fin de que ambas culturas puedan estrechar lazos.

La presentación del proyecto se efectuará el 25 de abril en el Guggenheim, mientras que el mismo día de su actuación en el Palacio Euskalduna, el 27 de abril, los lectores de DEIA podrán adquirir el DVD documental Tambores para la convivencia en el que se narra la creación de la banda de jóvenes percusionistas.

sonrisas al son de la música "No quiero ni imaginarme la cara de los niños cuando se metan en el Guggenheim a tocar", comentó Gotzon Cañada, impulsor del grupo de tinerfeño Bloko del Valle y colaborador, desde hace tres años, de la ONG Anidan en Kenia. Los 11 jóvenes percusionistas de entre 14 y 17 años -la más joven, Jumbe, tiene 11- a los que hace referencia llegaron a Bilbao anteayer, desde Roma, donde han vivido su primera experiencia fuera de su país tocando con la Orquesta Santa Cecilia. "En el metro no se atrevían a ir por las escaleras mecánicas", reveló Cañada sobre el choque cultural que está suponiendo para los chavales esta experiencia.

La iniciativa de Anidan-Bloko del Valle Juniors Band surgió a raíz de un proyecto educativo musical que se desarrolla en Lamu, donde la ONG gestiona un orfanato que acoge a 260 niños y un hospital pediátrico que anualmente atiende a 18.000 niños gratuitamente. "Anidan trabaja la parte logística y nosotros la enseñanza de la percusión", señaló Cañada.

La inclusión de los tambores y de la percusión en su vida "ha supuesto que estos niños procedentes de situaciones muy complicadas entren rápidamente en una dinámica de grupo en la que se sienten importantes". En cuanto a los aspectos culturales, el promotor de la iniciativa explicó que "es una comunidad musulmana muy devota. Cuando empezamos a plantear por primera vez que fuesen a la calle dijeron que las niñas no podían participar. Poco a poco hemos ido superando esas barreras".

Desde que le plantearon la posibilidad de esta colaboración, el director de la EOI ha estado totalmente implicado en la iniciativa; tanto que ha viajado un par de veces a Kenia para seguir el proceso de cerca. A pesar de que los jóvenes keniatas carecen de formación musical, según Sánchez, "lo solventan de una manera excepcional poniendo toda la pasión e intuición sobre el escenario, esa parte que a los escolásticos de conservatorio nos falta". Por ese motivo, indicó que los conciertos "van a ser una bomba".