BILBAO. "Lan asko egitea da gure sekretua", según Xabi Bastida, un currito del rock, la furgo, los escenarios y la carretera desde que hace ya 25 años formó con sus colegas de Eibar Su ta Gar, el grupo pionero del rock duro en euskera. Aunque con cambios obligados en la formación, el cuarteto, incombustible y trabajador, sobrevive y acaba de publicar su décimo disco de estudio, Bizirik gaude, que presentará hoy en el Kafe Antzokia de Bilbao y mañana, domingo, en la sala Tótem de Villava-Atarrabia. "Es un disco más abierto y variado, pero suena a Suta", según el grupo.
Cuando se cumple un cuarto de siglo de la formación del grupo padre del metal euskaldun, los Suta aseguran estar disfrutando tanto en los conciertos como cuando se juntaron para su primer bolo en el gaztetxe de Ondarroa, en 1988. Mucho ha llovido desde su nacimiento discográfico, aquel pionero y salvaje Jaiotze basatia, que tenía su último hermano menor en Ametsak pila-tzen, editado hace dos años. Ahora, el cuarteto regresa con su décimo disco, Bizirik gaude, un trabajo autoproducido y autofinanciado cuya grabación tuvo lugar el verano pasado, en los estudios de Lorentzo Records (Berriz).
El álbum, que ofrece una decena de temas propios, confirma que los Suta siguen muy vivos, tal y como sugiere su propio título, aunque el grupo asegura que no hace referencia a la supervivencia del grupo tras 25 años, sino a varias de las canciones del CD, centradas en la crisis que padecemos. Al frente, como siempre, dos de los miembros fundadores: Aitor Gorosabel (voz y guitarra) y Xabi Bastida (guitarra). Junto a ellos aparece Galder Arrillaga (batería) y la incorporación más reciente, el bajista Igor Díez, en la formación desde 2011. Sin olvidar a Borxa -antiguo batería que tuvo que dejar la banda tras un accidente- en algunas de las letras.
Ellos mismos defienden que Bizirik gaude es "un disco diverso y con más colorido" del habitual en su discografía, un trabajo "cañero y fresco", según explicaron a DEIA. "Las canciones tienen acordes más abiertos y musicalmente son más alegres; es un disco variado", sentencia Bastida. Un álbum con una decena de canciones -llegaron a probar con un total de 17- que están "un poco alejadas de nuestro estilo habitual, pero que siguen sonando a Suta", reitera Gorosabel.
El disco se inicia con una entrada con detalles acústicos en la eléctrica Ez etsi orain, que marca el terreno heavy habitual de la banda, guitarrero -con solos virtuosos y riffs reconocibles- pero trufado de las melodías claras y los estribillos gráciles de siempre. Tras ella aparece el doble bombo, que percute inmisericorde en Poema y después destacan Bihotzeko su gar hau -"esta llama de mi corazón no se apaga"- por su claridad melódica, apta para convertirla en uno de sus clásicos recientes; la velocidad casi speed metal de la brutal Txakurrak solte, con unos versos tan críticos como los de Nana; la solidaridad de la letra de Giza harresia; los cambios de ritmo de Bizirik gaude, que pasa del hardcore a los descansos melódicos y un texto escupido y casi rapeado más que cantado; el clasicismo heavy de Nazkatu naiz, oda de defensa del euskera que se inicia acústico; la habitual balada, aquí titulada Zure argia; y el cierre con el single -tiene su correspondiente videoclip- Zure baitan, pegajoso, inmediato y con un gran trabajo de las guitarras.
Parados Los fans de Suta, cuyas edades oscilan "entre los 16 y 45 años", podrán disfrutar de las canciones nuevas y de los clásicos de la banda. Y puede que, incluso, de algunas sorpresas como las ofrecidas en su último paso por Madrid, en el que sonaron versiones de La Polla Records y Judas Priest. Por cierto, que el grupo sigue regalando una decena de entradas gratis a parados -a través de e-mails- para cada uno de sus conciertos.