Zamudio
Dice que con este nuevo disco ha conseguido consolidar su propio estilo. Su marca. Y efectivamente, este trikitilari ha logrado una sonoridad con carácter, con una rúbrica que no deja lugar a dudas: es Xabi Aburruzaga en estado puro. Pero realmente, la personalidad de este músico ha estado siempre ahí, latente, desde que allá por 2007 lanzó su primer disco, Bizkaiko trikitixa, enraizado en la tradición, y en el que se vislumbraba la indiscutible impronta que dejó en él el mítico Rufino Arrola. Y es que, Xabi siempre ha hecho las cosas al estilo Aburruzaga. Con curro. Con cariño. Con ilusión. Con el obsesivo objetivo de la perfección a la hora de componer, de tocar, de conectar con el público.
Han pasado cuatro años desde que el de Portugalete lanzara su segundo trabajo, Denboraren naufrago. Y la espera ha merecido la pena. Xabi Aburruzaga presentará el día 20 de este mes su último disco, Geure, un trabajo más asentado en el folk, en el world music, en las reminiscencias celtas. Un trabajo que consolida la trayectoria de este músico y afianza su estilo propio. "Sinceramente, de mis discos, este es el que más me gusta", asegura. "No sé si voy a tener margen de mejora. Me asusta no saber qué hacer en el siguiente disco para superar a este", afirma. "Geure ha sido un salto, tanto en lo personal, como en lo musical", añade. Y lo dice encogiéndose de hombros, con sonrisa franca, desde esa humildad que siempre le ha caracterizado sobre el escenario y a la hora de defender su trabajo.
Aburruzaga cree en lo que hace. Tanto es así que para lanzar este último trabajo, creó su propio sello, DND. "Viendo los resultados de los anteriores discos, he visto factible no tener que depender de nadie", explica. Y así, tras dos años y medio de esfuerzo y dedicación, nace Geure. Para materializar este trabajo Aburruzaga se ha rodeado de la banda que siempre le ha acompañado en los directos y ha contado con la colaboración de excelentes músicos y destacados escritores que le han ayudado en ese camino complicado pero apasionante que es la búsqueda de la propia marca. El resultado es una colección de temas elegantes, finos, currados, que llevan a la ensoñación o, directamente, a la danza.
Aburruzaga es muy consciente de la relevancia de todos esos compañeros de avatares musicales. "Al principio pensé en llamarle al disco Neure, -mío en castellano- que es una palabra cariñosa que siempre he oído en casa. Pero este disco no es solo mío, es de toda la gente que ha colaborado en él. Así que Neure se extiende a Geure ", explica. "Ahora que cada uno haga la interpretación que quiera: Geure musika, geure herria, geure tradizinoa...", apostilla.
colaboraciones Aburruzaga ha contado en este disco con el músico y compositor José Urrejola, que le ha ayudado en los arreglos, y con el productor Mikel F. Krutzaga, que ha acompañado al trikitilari en la masterización, las mezclas y la grabación. Los estudios Garate de Andoain y el estudio Musikart en Amezketa, fueron los escenarios de la grabación de este disco, que tuvo lugar entre marzo y abril. Trabajo en firme, concentración, sesiones maratonianas y buen rollo se conjugaron en estas jornadas de grabación. Junto a Aburruzaga y su crew habitual han estado otros nombres destacados del mundo de la música. El grupo Uskiz, Laura Latienda y Zigor Segurne, cantante de Aintzina, han aportado sus voces a algunos temas, y ahí ha estado también Arkaitz Miner con su mandolina, Jesús Aranburu a los teclados o Germán Díez a la zanfana. También ha colaborado en Geure Joima Estévez al contrabajo. Contar con una sección de vientos había sido un objetivo de Aburruzaga desde hacía tiempo, y ahora eso ha sido posible gracias a la trompeta de Javier Pérez, el saxo de Abraham de Román y el trombón de Baptiste Thecher. Además, el escritor Kirmen Uribe ha escrito la letra del tema 36ko gabonetan y Unai Elorriaga ha hecho lo propio en la canción Erlojua ito. También Iñaki Aurrekoetxea ha puesto letra a dos temas.
Pero hay dos nombres que fluyen con más cariño si cabe de boca de Aburruzaga. Uno es el de Gorka Fernández, a la alboka. El otro, el de Irkus Ansotegi, que ha hecho sonar su pandero cómplice junto al músico tanto sobre el escenario como a pie de plaza, en cientos de kalejiras, de romerías, que es ahí donde se forjan los trikitilaris de raza. "Son mis amigos y lo hacen muy bien. Son unos cracks. Han dado el nivel", afirma con orgullo.
Ahora, cuando Geure está recién salido del horno y preparado para estar en la Feria de Durango, Aburruzaga ya trabaja desde su estudio de Zamudio en los temas para un siguiente trabajo. Pero sin forzar la máquina. Con esmero. Con cariño. Ahí está. El estilo Aburruzaga.