bilbao. Bilborock acogió ayer una sentida celebración del 25º aniversario del concurso musical Villa de Bilbao, plataforma que ha servido para dar a conocer a multitud de bandas. "Nosotros éramos un grupo novel y el premio nos dio moral", explican desde Su ta Gar. "La mejor música estatal y vasca alternativa ha pasado por él", aseguran fuentes del jurado del certamen, cuyas actuaciones en vivo arrancaron ayer.
Ojeando el palmarés del Villa de Bilbao parece clara su ascendencia y su necesidad. "A nosotros, que éramos un grupo novel y estábamos empezando, claro que nos ayudó", explica a este diario Xabi, de Su ta Gar, grupo que logró el segundo premio del certamen, solo adelantado por Estigia en la segunda edición, en 1990. "Sirvió para darnos a conocer, coger fuerza y darnos moral. Fue el primer paso hacia nuestro debut, Jaiotze basatia, en 1991, y hasta tocamos en La Casilla", indica el portavoz del grupo euskaldun de rock duro, inmerso en la grabación del clip de su inminente y décimo disco.
El Villa de Bilbao irrumpió en 1989, siempre ligado a la reconversión de la iglesia de La Merced en Bilborock y al empecinamiento personal del técnico municipal Andoni Olivares. "Él tuvo la idea y se volcó con el concurso. Es hijo suyo, absolutamente", explica Javier Corral, alias Jerry, periodista musical y miembro del jurado del Villa desde la primera edición. "Con los años se fue consolidando y se convirtió en referencia estatal. No había mucha competencia y luego se abrió a Europa", rememora Jerry.
A los baracaldeses Yo soy Julio César les asiste el honor de ser los primeros ganadores del Villa en su edición pop-rock. Desde entonces, el palmarés fue cogiendo brillo en cada edición, con el accésit en 1989 para Los Bichos del recientemente fallecido Josetxo Ezponda; los triunfos de Para-Lelos, Lord Sickness en el esplendor del Getxo Sound, los Magic Teapot de Rubia, B-Violet o The Unfinished Sympathy, y los buenos resultados de bandas incuestionables como Doctor Explosión, Standard (actuales We are Standard), Atom Rhumba, Manta Ray, Audience, Ya te Digo, Panics o 12Twelve, la mayoría de ellos aún en activo.
"Lo mejor de la música vasca y estatal independiente ha pasado por el concurso, de lo que nos congratulamos", rememora Jerry. "Hablamos de la década de los 90 y los primeros años del milenio, ya que ahora no pasa por su mejor momento", explica el miembro del jurado, que observa "una cierta sensación de orfandad" desde que Olivares se trasladó de Bilborock al Teatro Arriaga. La posibilidad de promoción que tienen los grupos actuales, con herramientas como MySpace o las redes sociales, han reducido el número y la calidad de los músicos que se presentan al Villa. "Empezamos con unas 200 maquetas, llegamos a escuchar casi 1.500 y ahora estamos en algo más de 500. El nivel sigue siendo aceptable", concluye.
Barrera mental Andoni Olivares, impulsor del Villa de Bilbao tras un intento previo fallido, asegura a este diario que el certamen sirve para realizar un itinerario del cambio sufrido por Bilbao en infraestructuras musicales, ya que los conciertos pasaron por Gaueko, El Congreso, Graffiti, Holiday, Kafe Antzokia, Bilborock? "En los 80 había mucho recelo ante el rock y el Villa sirvió para romper esa barrera mental en las instituciones. Acabaron entendiendo que es una actividad cultural más y que necesitaba el cariño y apoyo que tenían otras artes", explica Olivares, que recuerda el impulso que logró el concurso gracias a las concejalas Nora Abasolo y Marta Barco.