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'Harrizko herri hau' vuelve a casa

Los franciscanos de Arantzazu devuelven a la viuda de Gabriel Aresti el manuscrito de su obra 38 años después El escritor mantuvo una gran relación con el santuario, que quedó reflejada en su libro

'Harrizko herri hau' vuelve a casaGoiena

DONSOTIA. ARESTI está en el subconsciente de todo el mundo literario del País Vasco. Fue un gran poeta, muy reconocido? Es público su potencial poético y literario", asegura a este diario Iñaki Beristain sobre Gabriel Aresti (1933-1975), autor de Harrizko herri hau, cuyo manuscrito original ha vuelto a manos de la familia del autor. Hace semana y media, el santuario de Arantzazu hizo entrega de este original a la viuda del escritor, Meli Esteban, que se mostró muy agradecida y emocionada por la recuperación del texto.

"Hicimos una rueda de prensa-homenaje. Primero se habló sobre la relación que Gabriel tenía con Arantzazu, la historia del libro dentro de la biblioteca y el valor sentimental que tenía para todos nosotros, y se recitó un poema de Gandiaga titulado Gabriel Arestiren Aitormenetan. Finalizamos con una firma de ese pequeño documento", señala Beristain.

El franciscano recuerda la relación que Aresti tuvo con el santuario de Arantzazu. "En Harri eta Herri pueden encontrarse poemas relacionados con este santuario. Toda su literatura aparece mucho en esta casa. Él mismo explica en una carta cómo los estudiantes de Teología estrenaron una de sus obras en Navidad, la primera que él había escrito. Para Viernes Santo también le pidieron una, Gure Bihotzako Orduña se llamaba, pero no se estrenó, y al poco murió". Gabriel Aresti también formó parte de la revista Jakin, lo que lo unió mucho a Joxe Azurmendi y al biblista José Beitia.

En una carta entregada a los franciscanos, Aresti escribió: "Ante la Virgen de Arantzazu, juro que soy abertzale desde la punta del pelo hasta el dedo". Esta relación explicaría, en opinión de Iñaki Beristain, "el hecho de que casi a los diez años de publicar Harrizko herri hau, el editor de la obra, Enrique Villar, nos entregara el manuscrito original para guardarlo y protegerlo".

Retorno

Tras 38 años desde el fallecimiento del escritor, esta obra ha vuelto a manos de sus familiares, que están recopilando toda su producción en torno a la asociación Gabriel Aresti Kultur Elkartea. "Hasta ahora ha estado aquí, hasta que ha llegado Mikel Aierbe, se ha encontrado con esto y ha revuelto el asunto. La familia lo ha pedido porque lo quiere en un solo sitio", explica Beristain, algo apenado por considerar el texto uno de los grandes tesoros de su biblioteca, pero contento de que vuelva a las manos de donde salió.

Mikel Aierbe descubrió el manuscrito mientras llevaba a cabo su tesis doctoral, que parte del análisis del proceso creativo. "Entre los autores estaba Gabriel Aresti, por lo que decidí ponerme en contacto con el director de la editorial Lur. Al ver que mi motivación se centraba, más que nada, en los manuscritos, me puso sobre la pista de este. Mi sorpresa llegó cuando descubrí que, al analizar todas sus obras, este manuscrito no aparecía", afirma asombrado el investigador, quien, al no saber si la familia tendría o no constancia de él, decidió ponerse en contacto con la viuda del escritor. "Se trata de una versión premecanografiada, por lo que no es un borrador, ya está muy definido".

Al ver que la familia no tenía conocimiento de este escrito, el investigador se puso en contacto con los franciscanos para hacerles ver el valor sentimental que tenía la obra para toda su familia y, sobre todo, para Meli Esteban, ya que uno de los poemas que lo forma está dedicado a ella. "Ese tesoro tan grande de la biblioteca de Arantzazu también es un tesoro muy grande para la familia, y eso los franciscanos lo entendieron". A pesar de todo, dice Aierbe, la familia no se extrañó de la existencia de este manuscrito, ya que Gabriel Aresti tendía a regalarlos. "Hicimos este acto de entrega, muy emotivo. Estuvo la viuda y se entregó como un bien para la sociedad. Tampoco se tienen muchos datos de por qué llego aquí", comenta Iñaki Beristain.

Fundación

Harrizko herri hau, 145 páginas escritas a pluma, en papeles de diferentes colores con fondo cuadriculado, solo escritas por una cara, han entrado a formar parte de la colección de toda la producción del artista. "La iniciativa y la obra literaria tiene valor por lo que es, da igual donde esté, pero si ellos han hecho una fundación desde Gabriel Aresti es muy normal que quieran recuperar todas las obras", continúa el franciscano". "Este manuscrito no da un plus, ya está publicado, pero tiene un plus sentimental. Es algo entrañable, es muy bonito, está muy bien escrito, cada poema ocupa una página, está hecho con cariño y se nota. Los títulos son grandes aprovechando los cuadritos de la página... Es algo muy bonito", añade. Beristain define el acto como algo sencillo y entrañable en el que todo el mundo se sintió a gusto.

Al homenaje acudieron vecinos de Oñati y del entorno de Arantzazu, además de Meli Esteban, emocionada viuda del autor, y se celebró en el Gandiaga Topagunea, ya que buscaban que el lugar tuviera un tinte cultural.

"Nos pareció que la entrega se podía haber hecho perfectamente con un recadista, pero Gabriel se merecía algo más que eso", finaliza, quien espera que toda la sociedad llegue a conocer el corpus literario de este artista.