Bilbao

Cerca de los 70 tacos y ahí sigue, en la carretera y haciendo discos. John Fogerty (California, 1945), uno de los mitos de la música estadounidense desde que formara Creedence Clearwater Revival, el de la sempiterna camisa de cuadros y el rock sencillo y desesperanzado, regresa con Wrote a song for you (Columbia.Sony), un disco que ofrece dos temas nuevos y todo un rosario de clásicos -de Proud Mary a Bad moon rising- compartidos con estrellas como Foo Fighters, Kid Rock, Tom Morello, Bob Seger y Alan Jackson, entre otros. "Ha sido un viaje increíble y repleto de alegría", explica Fogerty sobre el CD.

Parece que los años no pasan por el viejo John. Tiene el mismo pelo que cuando la Creedence editó su primer single, su versión de Suzie Q (1968). ¡Y qué decir de su guardarropa! Todavía posa orgulloso con su pañuelo al cuello y sus camisas a cuadros de leñador. Tan sencillo como siempre, su vida y su carrera (de nuevo en activo desde que decidiera volver a la acción, en 1985, con Centerfield) siguen marcadas por aquella máxima que todavía defiende: "La fe y la honestidad son valores que cuentan para mí".

Otros han dado su brazo a torcer; no Fogerty, como prueba su disco actual, en el que va de cara, entrega dos temas inéditos y ofrece un repaso actualizado y repleto de colaboradores estelares a sus mejores canciones, muchas de ellas escritas a fuego en páginas destacadas de lo mejor del rock de los últimos 50 años. La regrabación del tema que lo titula, con el aroma country de la voz de Miranda Lambert y un solo del gran Tom Morello, es toda una declaración de intenciones.

"En 1969 llegué a hacer tres discos y escribía constantemente", recuerda Fogerty, en alusión al título, que, traducido, significa Escribí una canción para todos. "Es algo que nos pasa a no pocas figuras públicas, que somos capaces de comunicarnos de forma elocuente con millones de personas, pero no podemos hacerlos con la pareja o los hijos", apostilla el estadounidense, que tiene palabras de agradecimiento para sus colaboradores. "Ha sido un viaje increíble. Estar con ellos ha sido la experiencia de mi vida y seguro que un día, en el futuro, despertaré y me diré ¿realmente hicimos eso?", prosigue.

El CD, en el que participan músicos de prestigio como el batería Kenny Aronoff y el guitarrista Grez Leisz, es un lujo para los amantes de la Creedence y el rock de raíces. Y está repleto de clásicos, de esas canciones sencillas y rockeras que han acompañado a varias generaciones debido a su calidad y honestidad. Empezando por Fortunate son y concluyendo con Proud Mary. La primera, que suena casi hard rock con el apoyo de Foo Fighters, su autor recuerda que la escribió "en apenas 20 minutos", que resulta todavía "muy personal" y que surgió como respuesta a Nixon y a los hijos "afortunados" de senadores que se libraron de Vietnam.

La segunda, Proud Mary, "mi primera gran canción", va de "abandonar un lugar opresivo y viajar a otro mágico y místico". Y John lo hace surcando el Mississippi hasta New Orleans, siguiendo la estela de la versión r&b de Ika y Tina Turner, con el apoyo de Jennifer Hudson, a la voz, y el eterno Allen Toussaint y la Rebirth Brass Band. Wrote a song? también ofrece otros clásicos: de Lodi con sus hijos Shan y Tyler, en clave country boogie, a Bad moon rising, con su aire campero y blues, banda sonora de los soldados en Vietnam que comparte con la Zac Brown Band; un Born on the bayou con Kid Rock; o Who'll stop the rain, un tema "sobre la búsqueda de la verdad e inspirada en mi experiencia en Woodstock". Clásico que Springsteen venera y es fija en sus conciertos cuando llueve, como sucedió en su última visita a Donostia, la comparte, algo ralentizada y con un piano excelso, con el veterano Bob Seger.

Escondidas e inéditos El CD agrupa también otras gemas menos conocidas como Almost Saturday nigh, con banjo y mandolina y el apoyo de Keith Urban; el medio tiempo vaquero Someday never comes -"inspirado en el divorcio de mis padres"-, con Dawes; y la escalofriante versión de Long as I can see the light, en clave soul y renovada totalmente por los My Morning Jacket de Jim James. Los dos inéditos demuestran que el chaval sigue en forma, escribiendo tan sencillo y emocionante como siempre en Train of fools y Mystic higway, esta última trotona, con aroma sureño y una loa al viaje aunque no se conozca el destino ni su duración. Como el suyo propio.