BILBAO. En poco más de un año, el quinteto vizcaino Dead Bronco ha logrado hacerse conocido en festivales, al triunfar con un vídeo en Festimad y firmar su debut, In hell, grabado con el dinero de sus fans, como ellos seguidores de un compendio de estilos -rock, punk, country, folk?- , relacionados con las raíces musicales de EE.UU. "Hacemos broncobilly, música que se puede tocar bebido y sin mucha concentración", según Jokin Totorika, responsable de lap steel y dobro. El viernes 14 actuarán en la sala Cúpula del Teatro Campos con The Boo Devils.
Dada la carrera meteórica de la banda, preséntenmela, por favor.
Somos músicos que nos conocimos tocando por la calle, hace poco más de un año. Alain Llopart (Valle de Mena) viene de grupos metaleros; Jokin Corral (Getxo) tocaba en grupos de percusión africana; Oscar Calleja (Bilbao) estuvo en Dinamita pa' los Pollos y varios grupos más; Paco Sánchez (Florida) ha tocado varios estilos con diferentes grupos por México y EE.UU; y yo, Jokin Totorika, estuve en Smile y mis influencias son folkies. El resultado es fruto de mezclar y dejar reposar.
¿Qué une influencias tan diversas? ¿El nexo es la música de raíz estadounidense?
Sí, a algunos nos gustaba el rollo country clásico, aunque mezclando influencias el sonido ha ido rolando hacia no sabemos muy bien qué. ¡Es que tenemos en nuestras filas un rockabilly, un percusionista africano, un metalero, un folky y un cantante con tendencias punk! No hay por dónde agarrarlo.
Lo llaman 'broncobilly'.
Es un sonido y temas que se pueden tocar bebidos y con poca concentración... ¡Eso es broncobilly!
El vídeo de Cinemad sirvió para lanzar al grupo y que se hablara de él en todo el estado, ¿no?
Ayudó muchísimo el talento del realizador Tucker Dávila. Lo dejamos todo en sus manos y en menos de tres horas sacó el vídeo. La verdad es que nos sigue ayudando todavía, porque es la primera referencia que sale en Youtube al buscar al grupo.
El debut es autogestionado, a través de 'crowdfunding'. Es un método que se está poniendo de moda ante la falta de 'pelas', ¿verdad?
Claro. El disco lo hemos autoproducido como unos miserables, pagando canción a canción y ha salido gracias a la paciencia de Saúl Santolaria, que confió en nosotros desde el principio. Hemos hecho mil copias de CD, pero viendo cómo bajan vamos a tener que hacer más. Y también 300 vinilos, que no nos han llegado aún. ¡Sus dueños, que los han pagado ya, nos van a machacar!! Paciencia, están al caer.
¿Se superó el dinero necesario?
Si, flipamos con Pledgemusic, que es la web de crowfunding. Ellos te van apoyando en toda la campaña y conseguimos dinero para hacer todas las copias, el diseño, los vinilos, pagar la masterización y alguna grabación. Fue una pasada que la gente adelante su dinero sin saber qué íbamos a hacer. No es peloteo. ¡Sin la gente que adelantó su dinero, no habría disco...!
¿Dónde y cómo se grabó el disco? Son aficionados a las versiones pero no han incluido ninguna en él.
Hemos grabado con Santolaria en Sweet Saul Music. Lo queríamos sin fuegos artificiales, grabando tomas en directo, con nuestros instrumentos y sin músicos de estudio. Buscamos que saliera lo más real posible. Y ahí está? nuestro baby. Sobre las versiones -That's all right mama, Folsom prison, C. C. Rider, Cocaine blues?-, son temas que nos han flipado siempre, aunque vamos sacándolos poco a poco a medida que vamos produciendo temas nuevos. Es difícil con el ritmo que llevamos. Tenemos seis temas en la recámara, les tenemos muchas ganas.
El título del CD, el tono de la música y las letras... ¿Hacen canciones de forajidos y bañadas en alcohol?
Sí, los temas son bastante oscuros y hablan del bebercio, la noche y de gente a la que la vida le ha dado muchos palos. In hell, vamos, van del infierno, sí.