Delicados dibujos animados
El Koldo Mitxelena expone 150 obras de Amable Arias, hasta el 8 de junio, en una muestra de autorretratos, retratos, óleos y libros curiosos
donostia
ramón Martiarena, el hijo delineante y dibujante del pintor Ascensio Martiarena, me contó que el pequeño Amable Arias (Bembibre (León), 1927; Donostia, 1984) solía frecuentar mucho el cine Principal de Donostia donde trabajaba su madre, y, que allí veía muchas películas de dibujos animados, y que probablemente de ahí le venía al pintor su afición por los microcosmos y los dibujos animados.
Ciertamente la presencia de los Nanogunes , Microcosmos, o Espacios habitados por pequeños seres animados es uno de los temas centrales en todo su discurso plástico, tanto en dibujo como en pintura. Así lo han querido mostrar los comisarios de la muestra Fernando Golvano y Maru Rizo en la excelente y delicada exposición que han montado en el Koldo Mitxelena. Docenas de libros de su propia biblioteca, animados en diversas partes de los mismos con repertorios antropo-zoomorfos, donde la línea curva prevalece y traza pequeñas criaturas llenas de encanto, musicalidad, sarcasmo y poesía. Es el derecho a la disidencia que siempre manifestó Amable por el arte, la religión y la política del establishment, y que le llevó a trazar este Nanogune lleno de encanto e ironía: Tupamaros, Rollo (1981-82), e Historia de Euskal Herria (1983-84). Repertorios que a veces volarán a sus lienzos, llenos de colores histriónicos, mezcla de buen mal gusto premeditado, como: Enfrentamiento (83), Naranja y amarillo (78), Sobres (72-82), Serie Sartre (1972), y Tabla no barroca del siglo XIV (1976).
Con una línea más rota e indefinida, como en un no querer ver demasiado, trata sus Autorretratos (58), los de sus amigos Maru, Zumeta (63) y Balerdi (58), y los de sus escritores y pintores preferidos, Picasso, (70), Braque, Domínguez, Picabia, Arp (74), Tanguy, Ernst. Están trazados con suma levedad, ligeramente.
Más radical y abrasivo se muestra en su producción más abstracta, y para nosotros una de las cumbres de toda su pintura: Suma de nones que dan pares (66), Sara Renoir (66), Texto (67), y la sobresaliente Demostración irrefutable de las paralelas según Eli Gortari (66) de Artium de Vitoria. Retoma la línea del blanco sobre blanco de Malevich, elevándola a categoría de embeleso.
En una línea más expresionista, violenta y dramática se mueve su serie sobre Macabros (83), y que hacen guiños a Goya y a Barjola, lo mismo que hace en toda su obra a numerosos personajes de las Vanguardias europeas: Miró, Klee, Kandinsky, Otto Dix, Kokoschka Malevich, y Picasso.
Amable no hace compartimentos estancos al igual que los vanguardistas, no diferencia entre abstracción y figuración, para él todo es expresión, entre artes mayores y menores, todo tiene el mismo origen y el mismo espacio, todo procede de su fértil imaginación y de un espacio intermedio que es la dura realidad, a la que él muchas veces no acepta, rechaza y combate directa e irónicamente.
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