Bilbao

son escenas espectaculares, aparatosas, complicadas. Apenas duran unos segundos, los movimientos de cámara a menudo se mueven más rápido que la retina del espectador, aturdido por el sonido envolvente de los golpes y los efectos especiales. Detrás de esa escena de acción de superproducción hollywoodiense, un numeroso equipo de entrenadores, asesores y demás colaboradores trabaja durante jornadas maratonianas con el objetivo de dejar boquiabierto al espectador en su butaca. Para que se crea que Tom Cruise es un guerrero samurai, Orlando Bloom un elfo y experto arquero o Sam Worthington el incombustible héroe Perseo, por ejemplo. Noa Díez y Justo Diéguez forman parte de ese elenco que trabaja entre bambalinas, muchas veces desde el anonimato.

Se autodefinen como asesores de escenas de acción en el cine (y teatro). Coreógrafos marciales. "Mi trabajo es hacer creíble que el intérprete sabe pelear o utilizar un arma", explica Noa Díez (Burgos, 1978), maestra fundadora de Kihatsu, una disciplina de arte marcial que consiguió crear y homologar a nivel internacional con tan solo 24 años. Fue la primera mujer en conseguirlo, y también la más joven, por delante de nadie más y nadie menos que Bruce Lee, que lo logró a los 26 años, según cuenta esta artista marcial. "Nunca se me ocurriría compararme con quien considero un gran referente -aclara-, pero es cierto que me identifico con él desde que contaba 6 años de edad y pregunté a primo por el tipo que salía en un póster de la película Dragón que tenía colgado en su habitación".

Ayer impartió una master class junto a Justo Diéguez en el gimnasio C21 de Sarriko -donde Díez dirige su escuela de Kihatsu Samurai Dojo-, en una sesión abierta al público (previa inscripción) y de carácter gratuito. Ella ofreció una exhibición de su disciplina, mientras que él hizo lo propio con su sistema de defensa personal, Keysi Fighting Method (KFM), en el que trabaja desde hace más de 20 años. Al igual que la joven burgalesa, Diéguez es uno de los precursores en el asesoramiento de coreografías de acción en la industria de Hollywood. Entre sus trabajos en la meca del cine destacan Batman begins (2005), El caballero oscuro (2008), Furia de titanes (2010), así como la serie de televisión Juego de tronos (2011). Uno de los últimos filmes donde pueden verse técnicas de Keysi es en Jack Reacher, en cartelera desde ayer y protagonizada por Tom Cruise, un actor con quien Diéguez ya ha trabajado en anteriores ocasiones.

Una rama del budo "Es un sistema muy bien estructurado, muy real y urbano", comenta Díez sobre el sistema keysi. "La única diferencia entre keysi y kihatsu es que éste último es un arte marcial homologado, una rama más del árbol de Budo -artes marciales tradicionales japonesas- como kárate o judo", apunta. "Otra de las diferencias es que Kihatsu incorpora el manejo de armamento de fuego y de armas tradicionales japonesas como la katana", añade. Precisamente este aspecto despertó el interés de Diéguez, que decidió telefonear a la creadora de esta disciplina. "En Hollywood no sólo quieren patadas y puñetazos -que está muy bien-, sino que buscan introducir armas en este tipo de coreografías; de modo que en esta master class vamos a intercambiar experiencias y aprender el uno del otro", asegura Díez. Unas cincuenta personas fueron testigos ayer de este encuentro, que se repetirá esta mañana en el mismo tatami de Sarriko, de 10.00 a 14.00 horas.

Aunque ya se conocían "de oídas", esta es la primera vez que ambos instructores se conocerán en persona. "Para mí es un honor que Justo haya confiado en mí y quiera compartir conmigo sus conocimientos", admite la maestra de kihatsu. Además del carácter "marcial y espiritual" de esta iniciativa, también reconoce una intención comercial. "Justo y yo sabemos que en Hollywood, si no innovas, estás perdido. Lo de renovarse o morir es algo que se aplica a rajatabla". Eso, y el clima de mutismo que rodea cada superproducción. "Existe mucho secretismo, el guion lo conocen el reparto y pocos más -comenta Díez-, a veces incluso modifican el guión y ni nos enteramos…".

anonimato Esa confidencialidad se lleva hasta los créditos de la película. Los nombres de Noa Díez y Justo Diéguez no siempre aparecen en los mismos. "A veces es para salvaguardar la exclusividad de las técnicas que enseñamos. Por ejemplo, si Diéguez no aparece en los créditos -como es el caso de El caballero oscuro-, otras productoras no relacionarán las coreografías de acción con el sistema keysi", señala.

Sin embargo, este hecho ha generado suspicacia en torno a la veracidad del trabajo de ambos. "Como no aparecemos en los créditos, hay quien no se cree que realmente hemos trabajado en esas producciones", reconoce Díez, que le ocurrió algo parecido con Resident Evil 5. "Me pidieron asesoramiento en una secuencia -aquella donde la protagonista (Mila Jovovich) se libra de un puñado de zombis armada con una cadena-, no sólo no aparecí yo en los créditos -que en parte entiendo porque sólo realicé una aportación-, sino que tampoco lo hizo el equipo de coreógrafos que hizo posible esa escena", indica esta coreógrafa marcial que en ocasiones se desplaza hasta Los Ángeles solo para un día o incluso unas horas. "En muchas ocasiones me comunico con los actores a través de internet, para reducir costes".

Una de las escenas de las que más orgullosa está sucede en Transporter. "Fue complicadísimo. El actor (Jason Statham) se tenía que caer desde una altura a un coche en marcha, y con la mano izquierda -se empeñaron en que fuera con la izquierda- abrir la puerta e introducirse en el mismo. Todo esto en dos segundos y a la vez que barría a dos tipos. Pero al final se hizo, y nunca me cansaré de ver esa escena".

Entre los actores con los que ha trabajado, destaca "la inteligencia y extrema timidez" de Keanu Reeves, la agudeza de Orlando Bloom y la mirada de Pierce Brosnan. "Es un tío elegante, que sabe estar donde tiene que estar, y cuando fija sus ojos en ti es como si te mirara por dentro", dice del que fuera agente 007. Confiesa que le hubiera gustado trabajar con Tarantino en Kill Bill y asesorar a Cruise en El último samurai. También le gustaría trabajar con Shawn Roberts y David Caruso, aunque su actor favorito no es otro que su pareja, Xabier Xalabardé, alumno suyo de kihatsu a quien conoció en la Escuela de Actores Ánima de Bilbao. "Estoy muy orgullosa de él", asevera. También lo está de sus alumnos. "Mi objetivo personal es que me superen", zanja.