BILBAO. Lograr que sus oyentes muevan los pies y "hacerlos sudar" es el objetivo del compositor, guitarrista y cantante Xabi San Sebastian en 2012, como confirma Erraiak (Elkarlanean), su tercer disco junto a su grupo y el más claramente rockero y guitarrero de su discografía. Sus canciones, de alto contenido sexual y hedonista, sonarán mañana en el Kafe Antzokia de Bilbao, junto a las de los también euskaldunes Lauroba.
Xabi San Sebastian, quien perteneciera al grupo Izotz y también a los folkies Alboka, junto a Joxan Goikoetxea y Alan Griffin, ha cambiado mucho desde que se diera a conocer popularmente gracias a sus apariciones televisivas en ETB, en programas como Euskal Kanturik onena. Poco tiene que ver su música con la de su primer disco en solitario, Oria, publicado en 2004. En su continuidad, Ospela, editado hace tres años, ya se advertía un ligero cambio de estilo, que ahora se concreta con Erraiak.
El repertorio, firmado por Xabi San Sebastian Band, lo que no deja de ser una declaración de intenciones, es el primero de su discografía compuesto y grabado bajo el concepto de grupo, aunque las letras, la música y la producción sean de San Sebastian. Y de esa colisión de intereses ha surgido un disco claramente volcado en el espacio del rock, repleto de guitarras de sonido y orientación clasicista y ecos setenteros. Hasta en los temas más ralentizados, como el medio tiempo Une bat y la balada Hemen, las guitarras suenan en primer plano y plenas de electricidad, así como en los temas más pop y de estribillos fáciles, caso de Kontaizkidazu.
San Sebastian, que se atreve también con teclados soul y algún pasaje psicodélico, además de un guiño evidente a Pink Floyd en Esan, no advierte incompatibilidad entre las furiosas guitarras rockeras y la txalaparta, caso de su single, Katamo-tza, donde suenan juntas. No es el único ejemplo de su querencia por los sonidos "ligados a la tierra", como se advierte también en los arreglos étnicos -y la letra- de Errock, que suenan a Africa pero también a Euskal Herria. El disco está marcado por las letras hedonistas en torno al deseo, repletas de invitaciones a "jugar sin miedo", "gozar", "despertar" y "gritar".