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Adolfo 'Fito' de la Parra: "Mi vida es el blues, una vida de grandes tragedias y alegrías"

Adolfo 'Fito' de la Parra: "Mi vida es el blues, una vida de grandes tragedias y alegrías"DEIA

BILBAO. Mañana lunes, Canned Heat acercará sus clásicos a la sala BBK de Bilbao, en el marco del ciclo Music Legends. "Mi vida es la del músico de blues, con sus tristezas y grandes tragedias, pero también con alegrías y satisfacciones. Somos ya una institución americana", asegura de la Parra a DEIA, desde su residencia en California.

'On the road again' se titula uno de sus éxitos. Debería ser 'On the road forever', ¿no cree? Es que son ya 50 años de carretera.

Es cierto, ¡quién iba a pensar que íbamos a durar tanto tiempo! Estoy muy satisfecho y las ganas siguen ahí, nos divierte tocar y estar en comunión con la gente. Lo más difícil es sobrellevar la edad y viajar, también por la paranoia de la seguridad en los aeropuertos. Yo suelo decir que la música es gratis, que cobramos por llegar al lugar del concierto.

No hay nada mejor que el escenario para un músico, ¿verdad?

Claro, esas dos horas son nuestras favoritas del día. Damos una fiesta cada noche pero al día siguiente hay que volver a lidiar con el mundo.

¿Se disfruta igual ante una multitud como la de Woodstock que en una sala pequeña?

Cada escenario tiene su personalidad. A veces es mejor tocar para 200 personas porque es como tocar en una fiesta familiar; otras no hay nada que supere la energía de un festival con miles de personas.

Ni el cantante, el 'gordo' Hite ni el guitarrista White, miembros fundadores, están en la banda debido a sus fallecimientos. ¿Cómo se logra hacer 'olvidar' a esas estrellas?

No los olvidamos nunca, están siempre con nosotros. En escena tratamos de revivir aquellos shows y la música de siempre, guardando nuestra integridad y respetando lo que es Canned Heat, una banda de blues con inyecciones de rock´n´roll.

¿El que sobrevivan de la formación original el batería y el bajista permite que el sonido mítico del grupo permanezca?

Claro, es parte importante del sonido clásico del grupo mantener el ritmo. Pero tenemos también a Harvey Mandel, que está en la banda desde tres días antes de Woodstock y a Dale Spalding, que lleva con nosotros 5 años. Es nuevo (risas), relativamente.

Ha resumido la historia de la banda en un libro. ¿Le resultó doloroso o disfrutó volviendo al pasado?

Hubo de todo, incluidas etapas muy dolorosas. Fue como ir a una sesión de terapia, ya que me entrevistaron dos veces por semana durante medio año. Hubo momentos… (se lo piensa) no fue fácil recordar las tragedias del grupo, pero también tuvimos momentos muy divertidos. Fue revivir mi vida, algo muy interesante que ya se puede leer en castellano.

¿Hubo tantos excesos como se cree?

Sí, y en el libro se cuenta bastante de ellos. Incluso más que lo que yo deseaba porque mis coautores, que eran periodistas, me decían que el libro no se vendería sin añadir sexo y drogas. Pensé que mis padres ya habían muerto y que no importaba contar la verdad (risas). Pero hay aún dos o tres historias que solo me atrevo a contar entre amigos porque son demasiado salvajes. Es un libro brutal y sincero que se ha vendido muy bien y he editado yo mismo.

Se titula 'Living the blues'. Mejor título, imposible.

Sí, viviendo el blues. Esa es mi vida, la del músico de blues, con sus tristezas y satisfacciones.

¿Qué tiene el viejo blues para enamorar a unos blancos como Canned Heat, y de origen latino, en su caso?

Descubrí el blues casi por accidente cuando estaba en México y gracias a una chica a la que le gustaba ir a vernos tocar. Y también con el guitarrista Javier Bátiz, mentor de Carlos Santana. Yo tocaba pop y bubble gum antes. El blues lo encontré primitivo, con alma y corazón, cercano al jazz.

¿Hay música más pura y sincera?

No, pasa con todas las músicas étnicas. Hablo del flamenco y otros estilos basados en tres cambios, como el mariachi, el norteño, el hillbillie…

¿Qué grado de improvisación permite el blues?

Todo el que desees porque tiene pocos cambios pero ponemos las notas que queremos y así no caemos en la repetición y la rigidez de la música contemporánea.

¿Qué valoración hace de la música y de su importancia en el contexto de la época en que surgió el grupo y la actual?

Los 60, con Hendrix, Cream, Otis o nosotros, supusieron el renacimiento en la música tras el primer rock'n'roll y la invasión inglesa, principalmente con Beatles. Ahí se diluyó el componente negro del rock al mezclarse la música americana con la europea. Ahí empezó a suavizarse el rock con el pop y los crooners, se hizo música para ascensores. La degeneración de la música y su alejamiento del blues y el r&b llegó de nuevo a mediados de los 70.

¿Cree que esa degeneración pervive actualmente?

Sí, en estos tiempos en los que se da la espalda a la música en vivo, la más valiosa. Tengo esperanzas en que el músico joven entienda que la música es sentimiento y transmisión, no fama y dinero, y que vea que la tecnología es buena pero sin olvidar que lo principal es el directo. Ahí la música es fiesta y comunión, no debe escucharse comprimida con cascos.