Un útil 'fondo de nevera' Para improvisar platos al instante
Disponer de un 'fondo de nevera' permite improvisar un menú o un plato en pocos minutos, pero con las debidas precauciones en cuanto a conservación y limpieza para que los alimentos no caduquen o puedan estar contaminados, por cuestiones de seguridad alimentaria
LOS alimentos guardados en la nevera son perecederos y se han de comer y reponer en el plazo de unos días o muy pocas semanas. Tanto si se prevé estar un tiempo fuera de casa como si no se cocina con asiduidad, es útil disponer de un fondo de nevera y contar con unos alimentos básicos para improvisar una comida en pocos minutos. Pero, ¿qué alimentos son esos? Por seguridad alimentaria es importante seguir unas normas básicas para evitar cualquier contratiempo, desde fijarse en la fecha de caducidad o de consumo preferente de los alimentos que se dejan en el frigorífico, hasta comprobar el estado de los envases, así como la limpieza del propio electrodoméstico.
Pocos días, o a lo sumo un par de semanas, es el tiempo que duran los alimentos en el frigorífico; menos si ya se han abierto sus envases originales. Sin embargo, esto no es impedimento para disponer de un fondo de nevera que permita tener algunos alimentos en buen estado y a mano con los que improvisar un menú rápido en pocos minutos. Estos son:
1. Media docena de huevos. Los huevos no requieren unas condiciones especiales de conservación, si bien es aconsejable mantenerlos en el frigorífico para aumentar su vida útil y limitar con el propio frío el crecimiento de bacterias patógenas como la Salmonella. No pueden faltar en la nevera media o una docena de huevos porque, al ser alimentos completos desde el punto de vista nutricional y con múltiples posibilidades culinarias, permiten elaborar platos nutritivos y que sacian: tortillas, revueltos, huevos duros, crepes, pudings, o incluso, postres dulces como natillas o flanes.
2. Leche o bebida vegetal. Las cajas de leche o de bebidas vegetales abiertas suelen dar sorpresas desagradables si no se consumen. Más de 4 o 5 días después de abrirlas se conservan mal. Pasar el contenido del tetrabrik a un recipiente de cierre hermético puede alargar su duración. No obstante, estos alimentos no se conservan en buen estado durante más tiempo de los días sugeridos. Ante la duda, es mejor guardar una caja cerrada.
3. Yogures. Asegurarse de que la fecha de caducidad de los yogures sea lo más alejada posible a la fecha de compra hace posible disponer de estos alimentos durante más tiempo en el frigorífico.
4. Jamón serrano y queso. Un paquete de jamón serrano en lonchas o una cuña de queso sacan de un apuro si se necesita componer un plato del menú o un bocadillo en un momento de emergencia. Envasados al vacío se conservan en perfecto estado en el frigorífico durante días y semanas.
5. Bolsas de ensaladas. Los productos de quinta gama como las ensaladas envasadas, limpias y listas para el consumo, tienen un periodo de caducidad de unos 7 días en bolsa cerrada. Disponer de un par de bolsas en el frigorífico sirve de comodín para improvisar una nutritiva y fresca ensalada.
6. Alimentos en conserva. Ya sean pescados, verduras o legumbres, los alimentos en conserva deben consumirse en cuestión de pocos días, una vez abierto el envase. Para alargar su vida útil conviene pasar los restos de conservas a un recipiente de cristal con cierre hermético.
7. Aguacate y frutas de piel dura. Las frutas y frutos de piel más dura -como aguacate, manzanas, naranjas o plátanos- aguantan más tiempo, por lo que se pueden conservar más días en el frigorífico. La piel del plátano ennegrece con el frío, pero este cambio en el aspecto no afecta a su sabor ni a su calidad. Con un aguacate troceado se puede elaborar una ensalada más energética y muy nutritiva. Y junto con maíz en grano, tomate y cebolla troceados, y atún desmenuzado, es un aderezo original para el plato de pasta.
8. Zanahorias y cebollas. Son, con diferencia, las hortalizas más duraderas. Un ramillete de zanahorias y de cebollas frescas en el frigorífico permite disponer de estos saludables vegetales para improvisar platos bien diversos: ensaladas, cremas de verduras, salteados para mezclar con arroz, pasta o legumbres, etc.
Para asegurar la higiene en despensas y cámaras frigoríficas o congeladoras es importante limpiarlos y desinfectarlos con regularidad y comprobar la rotación de los productos. Evitar el acumulo de hielo en los evaporadores, así como el goteo de agua sobre los alimentos, y no sobrecargar las cámaras para no entorpecer la circulación del aire frío son normas básicas de higiene y manipulación alimentaria. Igualmente, sustituir los envases originales que estén sucios o deteriorados y respetar las fechas de caducidad o consumo preferente son hábitos necesarios para aprovechar al máximo los alimentos en buen estado. Además, se han de evitar las contaminaciones cruzadas y la transmisión de olores de unos alimentos a otros. A todo ello se suma el control regular de la temperatura de los frigoríficos (máximo 4ºC) y congeladores (mínimo 18ºC bajo cero).
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