Fallece Esther Tusquets, "la señora de la edición"
Fue directora de Lumen durante 40 años, donde estuvo al frente de emblemáticas colecciones
barcelona. Aunque Carmen Balcells la había denominado como "la gran señora de la edición" del Estado español, Esther Tusquets, fallecida ayer a los 75 años, llegó por casualidad a ese mundo, después de que su padre, Magín, adquiriera a su tío Carlos la pequeña editorial Lumen, en la que estuvo cuatro décadas.
Nacida en Barcelona en 1936 en el seno de una familia burguesa, Tusquets, una niña "rarita y un poco ensimismada", según la describía ayer su amigo Jorge Herralde, sólo quería leer, escribir o ser actriz. Sin embargo, al acabar sus estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Barcelona se incorporó, en 1960, a la editorial Lumen, donde ejerció el cargo de directora y se puso al frente de emblemáticas colecciones.
Entre ellas, las de Palabra e imagen, con autores como Camilo José Cela y Miguel Delibes y fotógrafos como Joan Colom o Ramon Masats, y Palabra en el Tiempo, dirigida por Antoni Vilanova, con autores como Céline, James Joyce o Virginia Woolf.
A principios del siglo XXI, en Confesiones de una editora poco mentirosa, la autora realiza un relato, escueto y sostenido, de los avatares de su aventura al frente de Lumen, que nació de una minúscula empresa familiar y pasaría a convertirse en una de las editoriales más prestigiosas del país. Tal como expresó en dicho libro, dejó la editorial de forma "abrupta", aunque dijo que este hecho "no le hizo daño". "No sé por qué no me afectó, aunque quedé tocada por los conflictos internos y porque la relación de más de veinte años con algunas personas quedó rota", apuntó.
Mujer que se reconocía "un poco desvergonzada y sin mucho sentido del pudor", sorprendió a sus amigos cuando en 1978, ya en la cuarentena, los invitó a una cena y les dio a conocer su primera novela, El mismo mar de todos los veranos, con la que obtuvo éxito entre crítica y público, aunque ella mantenía que tenía un estilo "latoso y complicado". Con esta obra iniciaba una trilogía, que completó con El amor es un juego solitario y Varada tras el último naufragio, y ya no dejó de compaginar la edición con la carrera literaria.
Los conflictos entre madres e hijas han sido uno de los ejes de su narrativa -tampoco los ha escondido en sus volúmenes de memorias- al entender que es la relación "más compleja, difícil e importante de las que existen entre humanos".
vida privada En los últimos años se adentró en el género memoralístico sin obviar sus historias íntimas con hombres y mujeres, o su afición por el juego, una forma para ella de "crear emociones artificiales". Junto con su hermano, el arquitecto Oscar Tusquets, presentó el pasado febrero Tiempos que fueron, un relato a dos voces en el que descubrieron todas las facetas de su vida privada, familiar y profesional sin tapujos.
Madre de dos hijos, Jorge Herralde recordaba ayer una fiesta la pasada primavera en casa de su hija Milena para celebrar la publicación del libro. En abril de este año, Tusquets recibió la Medalla al Mérito en el Trabajo del Gobierno central en la categoría de oro, aunque su delicado estado de salud le impidió recoger el galardón en la ceremonia a la que acudió su hija, Milena Busquets Tusquets.
Afectada de la enfermedad de Parkinson en los últimos años, Esther Tusquets enfatizó en 2009 en una entrevista con Efe que no le gustaba nada la vejez y advirtió que cuando muriera no iban a encontrar nada de ella, "ni un papel, ni una carta, ni una agenda. Todo lo he ido destruyendo", concluía.
Numerosos representantes del panorama cultural del Estado lamentaron ayer la muerte de Esther Tusquets, una gran pérdida para el mundo de la edición.