El largo túnel de la industria musical vasca
Músicos, promotores, instituciones y discográficas de Euskadi analizan la crisis actual, que merma la venta de discos, los presupuestos y los conciertos
La industria musical vasca agoniza. Está inmersa en un largo túnel y "no se ve la luz al final", asegura un promotor de conciertos. Y es que no solo no se venden discos sino que cada vez hay menos recitales porque las instituciones disponen de menos presupuesto para programar, grupos veteranos como Oskorri reconocen la dificultad de seguir en la brecha y la crisis ha esquilmado nuestros bolsillos. "No se venden entradas, la preocupación de la gente es comer", apostillan a DEIA. ¿La solución? Desde el "aguantar" y "joderse" hasta "exportar y salir fuera con los grupos", según los agentes implicados.
Los agentes de la cultura vasca lo están pasando mal. Lo ha reconocido una voz autorizada como Natxo de Felipe, líder de Oskorri, banda totémica del folk euskaldun. "No tenemos quien nos contrate y personalmente, no veo ninguna salida. Tenemos proyectos que aún no se han publicado y creo que se quedarán ahí", según de Felipe, que ha llegado a deslizar la posibilidad de la disolución del grupo porque "mover a Oskorri implica dinero y no hay Ayuntamientos dispuestos a pagarlo", apostilla. La opinión es compartida por otro de los músicos vascos más populares, el ex Duncan Dhu Mikel Erentxun. "Ni se llenan los conciertos ni se venden discos. La música ha dejado de ser un trabajo, ya que yo, hoy, pierdo dinero", indicó el donostiarra a DEIA. "Espero que mi carrera sea larga y que la crisis acabe. Ahora estamos a las duras y las maduras, sembrando para recoger en el futuro", prosigue.
Y si dos de los grandes opinan así, ¿cómo estarán viviendo la situación los grupos y artistas de escasas ventas o popularidad media? "Muy poca gente en Euskal Herria vive de la música. Otra cosa es vivir con la música. La primera te obliga a tener una facturación y dividendos determinados, a afiliarte a la Seguridad Social, a crear tus propias empresas… Eso, a los grupos se les hace raro. Además, para ofrecer 15 o 20 conciertos al año, se convierte en una pérdida de tiempo y pasta", indica Ritxi Aizpuru, desde el sello Baga Biga, que solventa cada ejercicio gracias al tirón de artistas de cabecera como Gatibu, Esne Beltza y Doctor Deseo. De los últimos, ha logrado superar las 5.000 copias vendidas de su último CD.
"Esa facturación nos salva el año, ya que venderemos menos discos que en 2011, pero ingresaremos más porque algunos de los lanzados son ediciones más caras", apostilla Ritxi, que reconoce unas ventas de "un 10 o un 15% menos cada año". Lo último de Gatibu, por ejemplo, "colocó" 8.000 copias frente a las 20.000 del primero. Gaztelupeko Hotsak, y su filial Errabal, sobreviven de forma más modesta y siendo el sello con mayor producción en los últimos tiempos. "Nacimos con el cambio en la industria y nos amoldamos mejor al ser un sello pequeño y publicar lo que nos apetece y gusta", explica Xarra, que apuesta para sobrevivir por "tiradas pequeñas, un número de referencias similar y, sobre todo, la complicidad con los músicos".
"La situación es mucho peor que hace 4 años por los recortes. Los hay por todos lados, en Ayuntamientos, diputaciones y Gobierno vasco, aunque se intenten minimizar. Desde 2008 los recortes habrán superado el 50% en las contrataciones públicas", destaca Jose Angel Serrano, de Serrano Producciones, una de las promotoras vascas de conciertos más veteranas. "El túnel es muy largo y no se ve la luz", asegura Serrano, para quien "hoy no se puede sobrevivir sin las instituciones, que hace 40 años asumieron el papel de promotores porque les convenía, y han acabado por destrozar la cultura y la música porque ahora, con la crisis, se han retirado de la noche a la mañana". El promotor, en 2012, no consigue contrataciones de las instituciones y si se busca la vida como promotor privado, yendo a taquilla, no vende entradas debido a la crisis.
privados Mucho más joven y desde la plataforma Black&Izar, Luis Gómez no difiere del análisis de Serrano, pero aporta alguna luz. "Todo ha cambiado y se debe a la falta de dinero público en la organización de conciertos. En principio, puede parecer malo, pero puede acabar siendo positivo. Nos estamos europeizando o americanizando, ya que allí los conciertos se hacen sin ayuda, como iniciativa privada", destaca. De momento, la situación es peligrosa porque la falta de dinero público ha llegado de forma "rápida y salvaje" y se "está llevando por delante a artistas, promotores, festivales…", indica.
¿Y qué dicen desde las instituciones? Desde del Aula de Cultura de Getxo, entidad activa en la organización de diversas actividades culturales, incluidos los festivales de blues y jazz, sí se reconoce una bajada sensible en los presupuestos. "En los últimos tres años puede ser del 20%, menos que en el Estado y el resto de Europa", aclara Iñaki Saitua, responsable de Getxo Jazz. "Ahora nos cuesta más cerrar el festival porque el artista tiene que firmar varios conciertos por Europa para que la gira sea rentable, y se han reducido algunos cachés. Lo cierto es que hay menos conciertos porque hay menos dinero. Con menos presupuesto, menos cosas o de menor nivel", confiesa. También reconocen la reducción desde la UPV-EHU, responsable de BizBAK (Bizkaia Bilbao Arte eta Kultura), programa cultural multidisciplinar centrado este año en la música alternativa. "En los últimos 3 años habremos bajado un 5% y hay dudas sobre la celebración en 2013, pero es necesario reivindicar un servicio público cultural desde las instituciones públicas y, cómo no, desde la Universidad. Sin ella, propuestas experimentales como algunas de las nuestras no tienen cabida", indica el responsable de la programación cultural del campus de Bizkaia, Gabriel Villota.
¿Hay solución? La cosa está mal y no se advierten soluciones milagrosas. "Las instituciones no contratan conciertos y si vamos a taquilla, la gente no viene a los conciertos porque no pueden comprarse una entrada. Los políticos han invertido mucho en grandes auditorios y cemento que ahora están sin programación. Han echado a la gente al paro y su única preocupación hoy es comer todos los días", asegura un pesimista Serrano, para quien "toca joderse, no hay otra". Para Saitua "resulta necesario aguantar y tratar de gestionar mejor para que las reducciones se noten lo menos posible", mientras que Gómez propone "buscar ideas diferentes, más trabajo y reducción de costes; desde los formatos de los artistas a las producciones, todo se ha visto y se va a ver afectado hasta que el mercado se autorregule", indica. "El objetivo principal es sobrevivir estos años hasta que todo se recoloque", apostilla. Desde Baga Biga se apuesta por la exportación de grupos vascos que "añadan alguna particularidad y colorido", caso de Esne Beltza o Korrontzi, porque "hay que buscarse las habas donde se pueda".