BilbaO
empieza a resultar difícil estar al tanto de la completísima operación de reedición que el sello Universal está llevando a cabo con la obra de Frank Sinatra (1914-1998), el elegante cantante de la voz eterna y los ojos azules. La operación rescate incluyó no hace tanto a su mítica asociación con el brasileño Jobim y el no menos legendario Ring-a-ding-ding, y ahora se amplía con otro par de discos imprescindibles en la obra del vocalista que supo sobrevivir al empuje imparable del pop y del rock en los años 60. Son The concert Sinatra, considerada como "una de las mejores grabaciones" de la década prodigiosa y ahora ampliada con temas inéditos, y las grabaciones completas que realizó con el pianista de jazz Count Basie, que marcó el inicio de su asociación con Quincy Jones.
El cantante de Hoboken ha dejado tras él un legado enorme y varias generaciones de músicos -de todo estilo y condición- rendidos a su obra. "Al estilo lo llevaron detenido, la elegancia ahora viaja en ambulancia, parece que el buen gusto estuviera prohibido, voy a encender una vela por si aun queda una esperanza", le cantó uno de sus devotos, el rockero Ariel Rot, en su disco Lo siento, Frank. Y la suma de seguidores parece que será eterna debido a las reediciones de Universal, que están descubriendo su discografía a las nuevas generaciones. En los últimos meses se agolpan discos como Moonlight Sinatra, un CD conceptual en torno a la luna; Francis A. & Edgard K, en colaboración con Duke Ellington; Sinatra & Antonio Carlos Jobim; un directo grabado en París; o el citado Ring-a-ding-ding, que fue el primer disco que publicó con su propio sello, Reprise, tras pasar una década con Capitol Records.
El doblete actual de reediciones se abre con The concert Sinatra, originalmente grabado en 1963 y considerado como una de sus mejores grabaciones del inicio de la década. A pesar de su nombre, no es un disco en directo, ya que se registró en los estudios del productor cinematográfico Samuel Goldwyn, con el apoyo de la orquesta de Nelson Riddle, una de las mejores que le acompañaron en su carrera. El disco se ha remasterizado digitalmente a partir de los masters originales grabados en multipista, lo que constituía un absoluto adelanto en su época. "El sonido está ampliamente mejorado" con las técnicas digitales actuales, recuerda su hijo, Sinatra Junior, que ya estuvo presente en las sesiones originales.
En él, el vocalista interpreta un repertorio compuesto mayoritariamente por Richard Rodgers, con el apoyo de otros grandes como Oscar Hammerstein y Larry Hart. Lujosas cuerdas y la voz tocan el cielo en la épica I have dreamed, destaca también la lírica My Heart stood still, la más experimental Lost in the star, de Kurt Weill, especialmente en su introducción musical, y otros clásicos como Ol´ man river -surgió de un musical en 1927 y luego fue popularizado por el cine- y Bewitched, "una de las favoritas de mi padre, que mantuvo en su repertorio hasta el final", según Sinatra Junior. El disco original se completa con dos extras no disponibles en la versión original, el tema California, un himno que le encargaron para ese Estado en los 60, y su versión del himno-máximo para los estadounidenses, el patriótico America, the beautiful, con nada menos que un coro de 24 voces.
El segundo, y quizás incluso más interesante, ofrece las sesiones completas que grabó en Reprise con la orquesta del músico de jazz Count Basie. "He estado esperando veinte años este momento", explicó el cantante en el inicio de las sesiones, que fueron dos -1962 y 1964- y dieron lugar a un par de discos -Sinatra & Basie: an historic musical first y It might as well be swing- que ahora se reagrupan en uno. El CD, mejorado en sonido, ofrece una hora de duración con un poso profundamente jazz, liderado por el piano de Basie y sustentado en su orquesta, que ofrece una cobertura musical más presente que en otros trabajos de Sinatra.
El disco cuenta con una arrebatadora sección de metales -algunos solos resultan gloriosos- y una sección rítmica de profundo swing. De la dulzura de Please be kind se pasa a la sensualidad de Fly me to the moon (in other words) y My kind of girl, pasando por el tono blues de I can't stop lovin you y la exhuberancia rítmica de cortes como Looking at the world thru rose colored roses, Hello Dolly y Nice work if you can get it.
Dado que Quincy Jones inició su colaboración con Sinatra en la segunda de estas sesiones, la reedición recoge una jugosísima entrevista sobre los pormenores de la grabación y anécdotas sobre su trabajo en Hawai, la elección de arreglos o el temor que llegó a sentir un todavía joven Jones ante su gran ídolo.