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THE Doors fue líder de la contracultura de finales de los 60. La disolución del grupo liderado por el teatral y desmedido Jim Morrison acaba de cumplir nada menos que 40 años, coincidiendo con el fallecimiento de su vocalista en París. Su disco de despedida, L. A. woman (Warner), "una carta de despedida a la ciudad de Los Angeles", según su teclista, Ray Manzarek, se reedita esta semana próxima, por enésima vez, con sonido mejorado y, como novedad, con un montón de rarezas y, sobre todo, el estreno de una canción inédita cuatro décadas después, She smell so nice.

The Doors y su pasión por la literatura arrebatada y onírica, la psicodelia, el blues, la preponderación de los teclados en un mundo dominado por las guitarras eléctricas y la entrega sexual y provocadora de Morrison, hicieron historia desde que se formaran en los alrededores de la playa californiana de Venice, en 1965, hasta principios de los 70, cuando el grupo se deshizo por el fallecimiento de Morrison en la capital francesa en circunstancias extrañas. 2012 arranca con una gran noticia para sus seguidores, la reedición de su último disco de estudio, L. A. woman, el sexto, editado en primavera de 1971. "Es una carta de amor a la ciudad", según su teclista, Ray Manzarek, que participa en la promoción de la reedición remasterizada de un disco mítico en la historia del rock que se grabó casi íntegramente en directo, con la banda a punto de desintegrarse por los problemas de Morrison con la bebida y los intereses dispares del resto de miembros, más volcados en cuestiones familiares y la meditación. Tampoco contribuyó al buen ambiente que su productor habitual, Paul A. Rothchild, se negara a colaborar en las sesiones tras escuchar el repertorio. Al final, lo produjo el cuarteto junto al ingeniero de sonido Bruce Botnick.

L. A. woman, grabado entre septiembre de 1970 y febrero de 1971 en el local de ensayos de la banda, es, ante todo, un disco de blues. Así lo prueban el legendario The changeling, con su clásico riff de teclado y un groove muy marcado; el rudo Been down so long; el ortodoxo y lento Cars hiss by my window, con Morrison usando su voz como si fuera el solo de un instrumento; su versión de Crawling king snake, firmada por John Lee Hooker; el más rockero y largo - casi ocho minutosª que dio título al CD; un (You need meat) don't go no further, cantado por Ray; o esa sentida balada blues que es Orange Country suite. "Las influencias del blues fueron totalmente inconscientes. El artista no creo que sea capaz de controlar el proceso. Ese sonido surgió de manera natural porque The Doors era una banda de blues con aspiraciones literarias", ha explicado su teclista.

inédito El álbum no solo es un disco de blues sino que incluye también el clásico inmediato y (casi) pop Love her madly; un L'America entre el rock teatral y la psicodelia; un exótico Hyacinth house, donde se oye un pasaje de la Polonesa heroica, de Chopin, en un puente instrumental; y el inevitable y mítico Riders on the storm, canción-tormenta musical y "cinemática" que recrea "la lluvia en el desierto", según Manzarek. La reedición de estas canciones se completa con un segundo disco con abundante material inédito que ofrece hasta 8 versiones nunca escuchadas de canciones incluidas en el disco.

El "señuelo" de la reedición es Smell so nice, la primera canción inédita de The Doors en 40 años. Esta composición, en clave de blues sencillo y eléctrico, ha sido descubierta por Botnick recientemente y es un descarte de aquellas sesiones. Manzarek ha reconocido que el grupo fumaba mucha marihuana y que no recordaba su existencia. "Salió de la nada. Estábamos tocando e improvisando y surgió de manera espontánea. Por eso, John, Robbie y yo mismo la olvidamos. No sabíamos de su existencia hasta que empezamos a escuchar los descartes de las sesiones. Y de repente… "eureka, ¿qué es esto?". En realidad, es casi tan novedosa para nosotros como para los oyentes", concluye el teclista del grupo.