BILBAO. El Departamento de Cultura del Ejecutivo López ha convocado hoy, partir de las 9,30 horas de la mañana, una reunión con los representantes de la Asamblea de la Red de Teatros Vascos, SAREA, para explicarles entre otros aspectos, el nuevo proyecto estrella: Kulturklub, que como adelantaba este periódico, es una copia del que puso en marcha Catalunya bajo el mandato del también socialista José Montilla.

Pero lo que se van a encontrar encima de la mesa no es solo un copia y pega de la experiencia catalana sino un proyecto cultural en el que la dirección y el desarrollo está en manos de los catalanes. Según el documento de trabajo, al que ha tenido acceso este periódico, el equipo de gestión lo formarán ocho personas y la dirección y orientación editorial del club, que pretende convertirse en el think tank (laboratorio de ideas) de la cultura vasca, estará compartida con Miquel Curanta, responsable del proyecto catalán. Aunque en el consejo se reunirán los representantes de diferentes empresas y pertenecientes al proyecto, será el director del Club TR3SC quien supervisará el arranque e implantación del proyecto y hasta seleccionará y formará al personal, además de ostentar la representación institucional de la sociedad.

El club cultural catalán, denominado Tr3sC, dirigido por Miquel Curanta, el mismo que está elaborando el de Lakua, fue un proyecto que se inició en Catalunya en 2006 y que en 2010 contaba con 30.000 socios. Es una iniciativa conjunta de las televisiones públicas catalanas, de la Consejería de Cultura y de El periódico de Catalunya, entre otros. Según el documento de trabajo, el modelo se repite. La propuesta pasa por crear una Sociedad Limitada, con una presencia importante de Lakua, a través de EITB, que sería el socio mayoritario. Además participarán el Grupo Vocento (El Correo Español y Diario Vasco) y las cajas de ahorros (BBK, Caja Vital, Kutxa), que serían sus socios financieros, entre otros.

Kulturklub busca impulsar el consumo y tiene como objetivo captar 25.000 socios en 5 años que paguen una cuota anual de entre 32 y 50 euros a los que se les facilitará descuentos en las compras de libros, discos y entradas a espectáculos.

Desde varios sectores consultados por este periódico han mostrado su desconfianza porque un proyecto de estas características pueda tener éxito en Euskadi. "Nos parece muy bien que se hagan cosas, pero extrapolar lo que funciona en la cultura catalana a la cultura vasca no es la solución. Además, ¿no hay ideas aquí para que tengamos que copiar a Catalunya? Lo más lógico es que estuviera alguien que tuviera sensibilidad con nuestra cultura y con nuestra lengua", coinciden desde varios sectores.

fábricas de creación Pero no es la primera vez que el departamento dirigido por Urgell mira a Catalunya a la hora de presentar sus proyectos. Sin ir más lejos, en una de las pocas reuniones que han mantenido los grupos de trabajo del Contrato Ciudadano por las Culturas se ha llegado a proyectar a los asistentes un vídeo sobre las fábricas de creación que se van a implantar en Barcelona para explicar lo que se quiere hacer en Euskadi.

El departamento que dirige Urgell ha presentado las fábricas de creaciones, que existen en muchas ciudades europeas, como una de las grandes novedades culturales de su legislatura. En Barcelona se están reconvirtiendo varias fábricas en laboratorios de ideas, donde cada sector (circo, teatro, danza, arte, música) tendrá un punto de encuentro para ensayo, preparación y presentación de espectáculos. Y parece que este es el modelo en el que se quiere mirar también la cultura del Ejecutivo López.

Desde varios sectores se ha criticado en numerosas ocasiones que el Contrato Ciudadano por las Culturas contiene graves ausencias, como la eliminación de cualquier término sobre identidad vasca y que Blanca Urgell mira más hacia Madrid y Barcelona que hace Euskadi.