Síguenos en redes sociales:

Dos fotógrafos coreanos de alta calidad

Dos fotógrafos coreanos de alta calidadFoto: Arteko

donostia

DOS fotógrafos coreanos, Joo Myung-Duck y Kyungwoo Chun, de gran calidad y audacia, de dos generaciones distintas y reconocidos en su país, presentan sus obras en Galería Arteko de Donostia, retratos uno y paisajes el otro. Kyungwoo Chun (Seúl, 1969) presenta una colección de 20 retratos y una selección de vídeos con modelos autóctonos que llevan el nombre del mártir Sebastián y posan según cierta iconografía tradicional del santo. Fotografía en color, de medio cuerpo y rostros frontales, casi todos con poses trascendentes y poco naturales, que desemboca en un vídeo proyección de mayor intensidad y alcance que la fotografía. Convendría reseñar que esa mirada tradicional se ha visto enriquecida por muchos artistas del siglo XX, que no aparece en esta fotografía. Preferimos los retratos en blanco y negro de su exposición anterior, en esta misma galería, mucho más experimentales y atrevidos. Los actuales se nos quedan demasiado superficiales y reiterativos.

Joo Myung-Duck (Anak, 1940), es quien brilla a gran altura en su fotografía en blanco y negro sobre bosques y paisajes. Visiones frontales y perspectivas caballeras ofrecen un paisaje frío y desnudo, a caballo entre el realismo objetivo y la fantasía. Técnicas de elaboración conceptual y de laboratorio hacen que su obra se mueva entre la abstracción lírica y el realismo poético que el fotógrafo cuida y raya a gran altura. Y es que el ojo coreano por su propia idiosincrasia está posiblemente dotado para ver la realidad de modo rasgado y horizontal, probablemente como no la vemos los occidentales. Algo parecido nos ha pasado en el Festival Internacional de Cine de Donostia con el cineasta coreano Kim Ki-Duk en su magnífica cinta Amén.

Paisajes los de Chun de gran sutilidad y fuerza sombría: árboles desnudos, ramas de árboles retorcidas, tierras ásperas y nevadas y atardeceres y noches que los envuelven y tiñen con sus luces grises y negras aterciopeladas. Frialdad y sensualidad al mismo tiempo y al unísono. Fotografía de uno de los mejores fotógrafos coreanos vivos.

Fotografía de alto voltaje que no necesita más que el ojo del fotógrafo que la vea, la atrape, la elabore y nos la devuelva.