madrid. El escritor español Antonio Gala dio a conocer ayer los detalles de su delicado estado de salud. Además de definir su caso como "un cáncer de difícil extirpación", dejó claro que está recibiendo el tratamiento habitual con el fin de combatirlo. "Estoy sometido, para tratar de librarme, a un largo puteo, que es igual que una guerra de la que soy el campo de batalla", así fue como describió su enfermedad en su columna en el diario El Mundo. Con la intención de poetizar su actual realidad suspiró: "¿Con un doble aliado: la quimioterapia y la radioterapia? Espero que conmigo sean más beneficiosas que el cáncer: matar es el fin de los tres".
A modo de pronóstico, Gala dramatizó que "la enfermedad nunca es una forma de tristeza, ni una metáfora, ni una melancolía: es un camino incómodo, que lleva o no a la muerte con o sin rapidez". Confesó que hubiera preferido el quirófano antes que el largo y sufrido tratamiento, pues dejó entender entre líneas que no es buen paciente: "Soy mal aliado de mí mismo: impaciente, poco soportador e insoportable: la anestesia total es mi aliada". No obstante, se mostró positivo con respecto a su nueva lucha, y sin intención alguna de rendirse, y confió en "defraudar a la muerte una vez más".
el humanista Poeta, novelista, dramaturgo y articulista, Gala, de 75 años de edad, ha sido distinguido entre otros con el Premio de Teatro Nacional Calderón de la Barca por la comedia Los verdes campos del Edén, el Premio Adonais de Poesía por su obra Enemigo íntimo o el Premio Planeta que recibió a modo de recompensa por su primera novela, El manuscrito carmesí publicada en el mes de noviembre de 2005.
Entre sus numerosas citas se encuentra esta: "Un destino no se elige: se cumple". En este momento, Gala recibe el tratamiento, pero demuestra que elige luchar.