bilbao. Pedro Olea es director de cine pero se ha dejado seducir en dos ocasiones para hacer teatro, la primera con Inés desabrochada de Antonio Gala, y ahora con este pisito que para él es un homenaje a dos grandes maestros, Azcona y Berlanga, que rodó una buena parte de sus guiones y cuyo universo está muy presente en esta versión.

El cineasta bilbaino dirige hasta el domingo en el Teatro Arriaga la adaptación teatral de la película, basada en una novela del escritor y guionista Rafael Azcona en la que relata en clave de mordaz tragicomedia la amarga existencia de los españoles en los años 50. La película El pisito fue llevada a la gran pantalla en 1959 por Marco Ferreri y contó con la interpretación en sus principales papeles (la pareja de novios Rodolfo y Petrina) de los actores Mary Carrillo y José Luis López Vázquez. En su versión teatral, los actores Pepe Viyuela y Teté Delgado dan vida, en esta ocasión, a los personajes de Azcona, mientras que el papel de la anciana propietaria del piso corre a cargo de Asunción Balaguer.

La obra relata las penurias económicas de los españoles en la España franquista de la segunda mitad del siglo pasado, a través de las desventuras de la pareja de novios, que, después de 15 años de relación, no pueden casarse porque su precaria economía no les alcanza para alquilar, y mucho menos, comprar, un piso donde vivir juntos. Desesperado por la situación, a Rodolfo no se le ocurre otra idea que casarse con la patrona de la pensión donde vive, una anciana de 87 años, a la espera de que se muera para heredar el piso y, una vez viudo, volver a casarse con su querida Petrina. "Afortunadamente, los tiempos en el día de hoy han cambiado, cuando una pareja de enamorados quiere tener su propio pisito, no es necesario que se case él con una anciana, esperando su defunción durante cuatro o cinco años, para heredarla. Hoy, este problema está solucionado casándose con un banco para treinta años", explican desde la compañía. La versión teatral de El pisito se estrenó el 4 de septiembre de 2009 en Madrid.

del cine al teatro El cineasta bilbaino Pedro Olea, autor de Un hombre llamado Flor de Otoño, El maestro de esgrima, Akelarre y Morirás en Chafarinas, entre otros largometrajes, dirige la versión teatral de esta crítica social, realizada por Juanjo Seoane y Bernardo Sánchez.

Nacido en Bilbao en 1938, Pedro Olea estudió ciencias económicas en Bilbao, pero abandonó la carrera para estudiar en la Escuela Oficial de Cinematografía, en Madrid. Los primeros trabajos como aficionado los realizó en 8 y 16 mm, y fue crítico en revistas cinematográficas. Trabajó varios años en televisión y en publicidad antes de pasar al cine.

Su primera película fue Días de viejo color (1967) y con la película No es bueno que el hombre esté solo (1972) encontró el éxito. Su cine se ha caracterizado por un tema: la opresión del individuo bajo las fuerzas sociales, aunque en algunas películas se inclina por el cine de intriga. Otros filmes suyos son El bosque del lobo (1970), Tormento (1974), Un hombre llamado flor de otoño (1977), Bandera negra (1986), El maestro de esgrima (1992), Morirás en Chafarinas (1995) o Tiempo de tormenta (2003). En 1994 recibió el Premio Telón de Madrid al Mejor Director Revelación, otorgado por profesionales de la escena.

Olea cuenta en esta obra con unos decorados de Wolfgang Burmann que pretenden ser un homenaje a la estética de La Codorniz y su entorno y vestuario de Javier Artiñano.