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dOble moral o realidad escondida? Para muchos "sexo" es una palabra tabú que impide hablar del tema con naturalidad y sin complejos. Indagando e investigando durante cuatro años, la fotógrafa canadiense Naomi Harris ha compilado en un libro, America Swings, los encuentros sexuales de una parte de la sociedad americana media. Orgías, tríos, intercambio de parejas en una recopilación de imágenes que no deja indiferente a nadie.
Han sido cuatro años en los que se ha recorrido una decena de estados de Estados Unidos para conseguir las fotografías perfectas. Su primer contacto con los swingers (las personas que acceden a tener este tipo de relaciones sexuales) llegó a través de televisión. "Como ya habían sido filmados, eran más accesibles. Contacté con ellos porque ya sabía que alguien lo había hecho. Y poco a poco unos te llevan a otros y se fueron abrieron puertas", comenta la canadiense que tuvo que actuar como uno de ellos para lograr su confianza. "Las fiestas son un poco naif y suelo ir con unas coletas para no impresionar demasiado. La intención es dar una imagen inocente, nada agresiva, si no de respeto. Además, tengo la ventaja de que soy mujer. Si fuera hombre, probablemente, no podría entrar".
La razón de que las mujeres lo tienen más fácil es, según Harris, porque si los hombres pudieran entrar solos "estaría lleno" y eso no interesa ya que sería "desproporcionado". Su vestuario, en ocasiones, era escaso y, en otras, nulo. Pero no supuso un problema para ella. "Cuando entré en contacto con los swingers estaba rodando en Florida a los jubilados que viven allí e iba a una playa nudista", destaca. Naomi Harris no encuentra ningún morbo en retratar estas fiestas sexuales ya que para ella es como "si estuviese viendo a mis padres teniendo relaciones y eso no es muy excitante".
los participantes La duda asoma. ¿Quién acude a estas fiestas tan particulares? "La mayoría son parejas de clase media, de entre 35 y 55 años, blancas, cristianas y republicanas", afirma Harris, que añade que esos cristianos "pueden estar el sábado en una fiesta de este tipo y el domingo acudir a la iglesia". "Para ellos no es pecado ni adulterio porque van con su mujer o su marido. No están engañando y La Biblia no lo prohibe expresamente", apunta.
La gente que sale fotografiada en America Swings no es especialmente atractiva, pero no porque la autora lo haya querido así sino porque los guapos de las fiestas no deseaban que les relacionaran con los menos agraciados. "No es que los guapos no participen en estas fiestas sino que no querían salir. No deseaban que les dijeran que habían tenido sexo con personas menos atractivas", cuenta Harris, que espera que el libro no cree polémica en la sociedad americana. Para ella lo importante es que los swingers "no piensen que me he reído de ellos, sino que se trata de algo hecho con mucho respeto".
Las fiestas sexuales no tienen un calendario fijo para celebrarse pero aprovechan los días festivos para reunirse. "El día de Navidad no, porque esa fecha es familiar, pero antes sí", expresa divertida aunque subraya que estas relaciones a veces derivan en "amistad". "Esas fiestas empiezan con cenas, juegos, bailes, alcohol y terminan siempre con sexo. Pero, en ocasiones, las parejas encuentran amigos para ir al cine".