bilbao. Le costó, pero Springsteen logró la felicidad cuando se emparejó con Patti Scialfa y tuvo un hijo. Tenía 42 años, y sus canciones cambiaron. "Quería cantar sobre mi vida en aquel momento", explicó. La prueba fehaciente de esos "días mejores" es Lucky town, el disco rockero y autobiográfico que mañana se puede conseguir con DEIA, a 9,95 euros, en formato coleccionista y con lujoso libro adicional.

Springsteen tenía casi concluido Human touch pero no estaba satisfecho. Decidió esperar y buscó desesperadamente una canción que expresara su momento vital. El nacimiento de su primer hijo espoleó su creatividad y se encontró con 15 canciones nuevas en unas semanas. Diez de ellas se incluyen en Lucky town, disco se grabó en sus estudios de Beverly Hills con la única ayuda completa del batería Gary Mallabar y apoyos puntuales de Roy Bittan, Patti y dos coristas, que aportan un toque soul en algunos temas. El resto de los instrumentos los interpretó él, y optó por un sonido sin arreglos excesivos, eléctrico y con ecos folk y country.

Lucky town se vertebra alrededor de Living proof, que relata cómo se sintió su autor ante el nacimiento de su hijo. "Llegó un pedazo de la imperecedera luz del Señor... en un mundo tan duro y sucio, tan horrible y confuso, buscando un poco la misericordia de Dios, encontré la prueba viviente", dice la letra. Si Human touch trataba del "camino a la felicidad", Lucky town habla de su consecución.

Sus letras son las más autobiográficas de su carrera. Desde ese Better days ("tengo una mujer a la que puedo llamar mi amiga, son días mejores") que lo abre hasta My beautifull reward, que lo cierra y habla de una "maravillosa recompensa". Local hero parece aludir a su persona, al igual que otros personajes del álbum, como el del optimista tema titular, que acaba teniendo una segunda oportunidad para rehacer su vida.

Lucky town, que incluye baladas de amor incondicional como If I should fall behind, también ofrece reflexiones de corte social y político en The souls of the departed, tema que refleja la violencia del Guerra del Golfo y los disturbios raciales de Los Ángeles.