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Hyundai ix35 El sucesor del Tucson se equipara a los todocamino favoritos del público

Hyundai pretende entrar en la liga de campeones. Para ello ha de perseverar en su afán por mejorar la calidad y, ante todo, persuadir al público de ese progreso. El nuevo ix35, diligente y agraciado todoterreno ligero, suma otro paso adelante y se acerca a los primeros de clase.

Hyundai ix35 El sucesor del Tucson se equipara a los todocamino favoritos del público

EL ix35 es el recambio natural del extinto Hyundai Tucson, con el que, dicho sea de paso, nada tiene en común. Empeñada en cautivar al público occidental, la marca coreana ha concebido y desarrollado en Europa este proyecto de todoterreno ligero. El resultado del mismo es un vehículo de porte agradable e impecables modales. El nuevo SUV (Sport Utility Vehicle) nace libre de complejos para hacer frente a los rivales de clase media más demandados, con los que empata en precio. Propone tres motores (gasolina de 163 CV y diésel de 136 y 184), tres acabados y dos modalidades de tracción; ordena su tarifa de 21.445 a 33.500 euros.

La belleza no es un parámetro objetivo, motivo por el cual jamás debe entrar en los criterios de valoración de un automóvil. Ésa es, al menos, la teoría. A la hora de la verdad, el diseño constituye uno de los primeros filtros de selección en la compra de coche, anticipándose a veces a los criterios financieros. Y visto lo rápido que el público asimila los cánones estéticos de moda, no resulta tan incoherente hablar de coches bonitos o feos. Así pues, llegados a este punto, hay que admitir que Hyundai ha acertado con el ix35.

El objetivo de la firma asiática era pergeñar un vehículo capaz de competir cara a cara con los principales referentes de la categoría. En la mente y en el punto de mira de los diseñadores han estado productos tan significativos como el Ford Kuga y el Nissan Qashqai, y también el VW Tiguan o el Toyota Rav4. La estampa del ix35 denota con bastante claridad esas fuentes de inspiración. Con todo, a sus creadores les ha salido un coche redondo, un impecable mestizo de vehículo para el campo y berlina de clase media que entra por los ojos y gratifica al usuario al que se destina.

diseño europeo La estampa es, por tanto, uno de los mejores activos de este producto. Su diseño, que no difiere demasiado de las líneas maestras mostradas por el prototipo que lo vaticinaba, sienta las bases de los próximos vehículos Hyundai. Más largo, bajo y ancho que su antecesor, el ix35 presenta un esbelto envase con 4,41 metros de longitud, 1,82 de anchura, 1,66 de altura y 2,64 entre ejes. Dicho envoltorio exhibe una proa muy expresiva, adornada por una pequeña parrilla y una toma de aire más generosa; el conjunto va escoltado por ópticas de rasgos felinos y que subrayado por unos proyectores de largo alcance con marco cromado en los flancos de la defensa. El perfil del ix35 revela una cintura alta enfatizada por una moldura que recorre la imaginaria línea de flotación. La popa muestra un portón de parabrisas acostado, que da acceso a un generoso portaequipajes (591 litros), y grandes tulipas que se extienden hacia los cuartos traseros.

Estos rasgos confieren al modelo un porte distinguido y seductor, más propio de creaciones occidentales que de los productos coreanos clásicos. No es un espejismo: el último Hyundai se ha gestado en el centro de diseño de la marca en Alemania y se ensambla en la planta de Eslovaquia. Es un producto que, cambiando logotipos, encajaría en cualquier catálogo de las principales marcas generalistas del viejo continente.

La concepción de la cabina, aspecto controvertido en los productos 4x4 de la marca (se salva el último SantaFe), también cosecha elogios. La configuración no es revolucionaria, pero comporta un rotundo progreso en el diseño y, sobre todo, en la calidad de los materiales empleados y en los ajustes de la confección. El salpicadero concentra los controles en dos zonas, la del diáfano cuadro de mandos y la de la consola central con las funciones secundarias (ordenador, audio, climatización, etc.). El ix35 puede llevar sofisticaciones tales como un moderno sistema de navegación, cámara de visión trasera y techo panorámico. Estos complementos realzan un habitáculo capaz de acomodar a cinco pasajeros; las plazas traseras admiten sin problemas ocupantes que superen el 1,80.

4x4 ligero Por su naturaleza de crossover, el ix35 se desenvuelve mejor dentro que fuera del asfalto. Se comporta en carretera casi como un turismo familiar de su tamaño y promete una relativa solvencia más allá del arcén. La presencia de un sistema de tracción inteligente (cuando falla la adherencia en el tren delantero entra en acción el trasero) y la ausencia de caja reductora, además de las suspensiones y el diseño, restringen su capacidad de acción. Con todo, el modelo puede discurrir con soltura por pistas y pisa con bastante aplomo en zonas deslizantes (nieve, agua, etc.). Contribuyen a tal fin el sistema de control de descenso de pendientes y el bloqueo del diferencial central, que reparte equitativamente la tracción para salvar zonas agrestes. El catálogo Hyundai también programa algunas variantes con tracción delantera, más asequibles, adecuadas para compradores más proclives a las apariencias que a la práctica todoterreno.

La marca coreana oferta de salida tres motorizaciones, una de ellas gasolina. Se trata del propulsor cuatro cilindros de dos litros, que transmite sus 163 caballos las ruedas delanteras por medio de una caja manual de cinco marchas. El apartado diésel contiene dos variantes del motor 2.0 CRDi. Una proporciona184 CV, va asociada a atracción integral y está disponible con transmisiones manual y automática de seis relaciones. La otra interpretación de esta mecánica gasóleo common rail de dos litros, rinde 136 caballos, utiliza caja manual de seis marchas y permite elegir modalidades 4x4 y 4x2; es la que concentrará la mayor parte de los pedidos. Más adelante, el ix35 contará con dos motores menos ambiciosos, un gasóleo 1.7 de 115 CV y un nuevo gasolina 1.6 de inyección directa con 140, y por lo tanto más asequibles.

La mecánica favorita, la CRDi menor, procura un interesante rendimiento dinámico al combinar suficiente agilidad y razonables consumos. Brinda una punta de velocidad satisfactoria (181 km/h), reacciona bien al acelerador (0-100 en 11,3 segundos) y gasta lo justo (5,8 litros a los cien). La versión con tracción delantera mejora levemente estos datos, en especial el de consumo (5,5 litros); no es un promedio utópico a nada que se sigan las indicaciones de marcha recomendada por el ordenador. Ese registro oficial propicia homologar unas emisiones de CO2 inferiores a 150 g/km, lo que permite beneficiarse de un Plan 2000E para el que Gobierno Vasco ya no dispone de fondos.

Hyundai contempla tres puestas en escena para el modelo. La más discreta dota al vehículo de un correcto equipamiento: airbags (frontales, laterales y de cabeza), ABS con reparto electrónico y asistencia de frenada, ayuda al arranque y control de frenada en pendiente, controles de estabilidad y tracción, aire acondicionado, retrovisores y cuatro elevalunas eléctricos, radio CD con MP3, Bluetooth, llantas de aleación, etc. Los acabados superiores van añadiendo complementos (climatizador de doble zona, neumáticos y llantas mayores, sensor de aparcamiento trasero, acceso y arranque sin llave, asientos delanteros y traseros con calefacción, etc.).

Una vez contabilizados los mil euros de descuento por el lanzamiento, la tarifa del ix35 se horquilla entre 21.445, precio de la versión gasolina 4x2 Classic, y 33.500 euros, importe del CRDi Style de 184 CV. El turbodiésel de 136 CV cuesta entre 22.920 y 29.250 euros, dependiendo del acabado y de la modalidad de tracción elegidos. Hyundai dota al modelo de cinco años de garantía ilimitada y de asistencia en carretera, y durante ese tiempo brinda al cliente un programa de chequeos gratuitos del vehículo.