Tras el inesperado fallecimiento de Sinéad O’Connor ha resurgido una entrevista que la cantante irlandesa concedió a la revista People hace dos años, cuando publicó Rememberings, su libro de memorias. En ella encaraba asuntos como su muerte, de la que hablaba sin tapujos, pero dejando de lado el misticismo de su filosofía para abordar la parte más pragmática.

En ese sentido, la cantante confesaba haber dado instrucciones a sus hijos acerca de los pasos que debían seguir en caso de que falleciera. Antes de alertar a emergencias y que acudiese una ambulancia, les alertó, debían proteger su arte y sus finanzas.

Todo esto surgió a raíz de la muerte de Prince, pues fue reinterpretando una de las canciones del artista, Nothing Compares 2 U, como la cantante alcanzó la fama. Salió en su defensa pues tras su muerte en 2016 las discográficas se lucraron con su música. "Una de las cosas que me enfadan mucho cuando pienso en ello es el hecho de que están violando su legado", denunció.

"Todos los músicos tenemos canciones que nos avergüenzan y que son una mierda. No queremos que nadie las escuche", advertía, haciendo referencia directa a la utilización de uno de los temas del artista, Let's Go Crazy, en un anuncio de tarjetas de crédito. "Es una canción sobre el aprecio, la amistad y el amor, y no sobre las cosas materiales de la vida. Es una canción que dice: 'Mira, podemos morir en cualquier momento. Amémonos y apreciémonos'. Creo que se estará revolviendo en su tumba porque se utilice para vender una tarjeta de crédito", lamentó.

"Cuando los artistas están muertos, son mucho más valiosos que cuando están vivos. Tupac (un cantante de rap ya fallecido) ha sacado muchos más discos desde que murió que en vida, así que es asqueroso lo que hacen las discográficas", criticaba duramente durante la entrevista.

"Por eso, siempre he dado instrucciones a mis hijos desde que eran muy pequeños: ‘Si vuestra madre cae muerta mañana, antes de llamar al 911, llamad a mi contable y aseguraos de que las discográficas no empiecen a publicar mis discos y no os digan dónde está el dinero", advertía.

Madre de cuatro hijos

La cantante tuvo cuatro hijos, todos ellos varones, pero no fue una madre al uso. Sus problemas mentales provocaron que perdiera su custodia. El mayor, Jake Reynolds. Con su esposo John Waters, columnista de ‘The Irish Times’, tuvo a su segundo hijo, Róisín Waters. El tercero, de nombre Shane Lunny, con el productor y músico de folk irlandés Dónal Lunny. Y su cuarto y último hijo, Yeshua Francis Neil, de su expareja Frank Bonadio. Hace 18 meses, tuvo que tratar de lidiar con la muerte de su tercer hijo, Shane, que se quitó la vida tras escapar del hospital donde estaba internado. Con él le unía una relación muy especia, ya que llegó a de cir que ambos eran “una misma alma en dos cuerpos distintos”.