HACIENDO virtud de la necesidad nació un bocado jugoso, elaborado a base de bechamel ligada con un picadillo de cualquier carne o pescado, rebozado con pan rallado, frito y redondo para más señas. Son las croquetas, hoy un producto estrella de la gastronomía, que por sí solo ha dado lugar a un negocio como La Crushqueta.

A finales de agosto abrió sus puertas este establecimiento, con la idea de vender croquetas “diferentes” y de ser el primer local de Bilbao con esta filosofía. Y desde entonces ofrecen 13 variedades. De trufa negra, de pollo al curry, de espinacas a la crema... junto a sabores como las de bacon, parmesano y txistorra y las de puerro confitado. Además de las clásicas de jamón ibérico, bacalao, pollo asado, queso azul, boletus... que gustan mucho.

En breve anuncian la ampliación del abanico de sabores, con nuevas croquetas de cocido y de chipirón. Y en función de la demanda, seguirán ampliando su carta.

Dicen los emprendedores vizcainos al frente del negocio que han dado en la diana de los gustos de una variada clientela, que dividen en dos grandes grupos. Por un lado, el cliente que busca sabores clásicos y por otro, los que gustan probar otros nuevos.

De sabor intenso, las croquetas de La Crushqueta “saben a lo que dicen ser” gracias a su proceso artesanal de elaboración. Además, llevan panko (pan rallado japonés) para que no se deshagan al freír, con lo cual, el éxito está garantizado en casa. “Por lo costosas de hacer que resultan, son un signo de amor”, aseguran con humor y simpatía los promotores del negocio, como afirman en su eslogan: “Quien bien te quiere... te hará croquetas”.

En un local de apenas 15 m2, con un diseño atractivo incluso en las cajas donde las preparan para llevar, cada detalle cuenta.

En esta fase de expansión del negocio dicen estar triunfando a base de que “el que prueba, repite”. Para completar la venta directa, distribuyen también para hostelería. Y ya piensan llevar su negocio, en principio, a Irun y Portugalete.