S ON como pequeños pedazos de Guggenheim. Helena Rohner ha visitado esta semana el museo bilbaino para presentar su nueva colección de joyería, inspirada en las líneas y formas del edificio diseñado por Frank Gehry. Esta canaria, hija de padre suizo y madre española, afincada en Madrid, creó su propia empresa hace 20 años y desde entonces, elabora piezas exclusivas para la Tomorrowland en Tokio, Paul Smith en Londres, Les Precieuses en Bruselas o Lala en Berlín; para la Tate Modern y el Victoria Albert en Londres, la Miró en Barcelona o el Thyssen Bornemisza en Madrid.
Con el Guggenheim Bilbao empezó a colaborar hace 18 años, prácticamente desde que abrió sus puertas, y, desde entonces, sus creaciones se pueden encontrar en la tienda-librería del museo, junto con otros productos basados en el espacio artístico como piezas de decoración, papelería, textiles exclusivo, joyería de autor... Comparte espacio también con marcas y diseñadores de primer nivel como Alvar Aalto o Philippe Starck.
Sus joyas son pequeñas obras de arte, con la plata como elemento base. En anteriores ocasiones, la ha mezclado con maderas nobles, piedras semipreciosas o vidrio de Murano, que no han dejado a nadie indiferente: fue además la primera en presentar el color en el esmalte en sus joyas. Ahora trae a Bilbao una colección diseñada solo para el museo, en la que ha conseguido captar el brillo de las placas de titanio del edificio durante un día soleado en Bilbao. “Me gusta crear joyas que una mujer quiera lucir como recuerdo de un momento especial; en este caso, los colgantes, los anillos o las pulseras recuerdan la visita al museo, pero se pueden usar sin que sea tan obvio. Las joyas, al igual que las láminas de titanio que reflejan la luz, también dan luz al cuerpo”, explica esta diseñadora de joyas,
La colección está compuesta por un anillo, un broche, un colgante, tres collares, unos gemelos, tres pendientes y una pulsera realizados en plata o en latón cubierto de oro. Desde 19 euros se pueden adquirir unos pendientes chapados en oro, la pieza más barata de la colección; 190 euros cuesta, en cambio, la más cara, un collar con un medallón de plata de cinco centímetros.
El diseño de estas piezas comienza, al igual que el edificio de Gehry, con volúmenes que se van perdiendo según aumenta su altura. Son, según su diseñadora, “joyas creadas para una mujer contemporánea y global” que quiera llevarse consigo la ilusión que aporta el arte.
Pero las creaciones de Helena Rohner no solo se limitan a la joyería, sino que incluyen también originales vajillas, lámparas, jarrones, juego de té, alfombras... creados para prestigiosas compañías como Georg Jensen, Kahler, Bodum y Munio. “En el diseño, como en la vida, busco la esencia de las cosas. Son a veces tan hermosas que para qué las vas a recargar más”, explica Helena Rohner.
arquitectos-joyeros Pero si los diseñadores de joyas se inspiran en los edificios más emblemáticos para crear sus obras, las primeras espadas de la arquitectura también se han aventurado en el mundo de la joyería, entre ellos, el propio Frank Gehry. El autor del Guggenheim ha lanzado sus propuestas de joyas con aires arquitectónicos, tanto por su material como por sus formas inspiradas en los giros y curvas que han hecho famosos sus edificios. Sus piezas se pueden adquirir en la joyería Tiffany’s, de Nueva York, donde se pueden encontrar sus colecciones Axis, Equus, Fish, Flux, Orchid, Torque y Tube.
Gehry ya trabajó para Tiffany’s en una célebre colección de joyas, la serie Fish. Sus famosas formas de peces aparecían en colgantes y anillos, así como las ondulaciones típicas de sus edificios. Las joyas de Gehry cuestan desde los 300 a varios miles euros. Algunas como los de la serie Fish ya no se pueden adquirir, aunque de vez en cuando sus propietarias las vuelven a lucir en público.
La arquiteca Zaha Hadid, nacida en Irak, en colaboración con Swarovski, creó 5 piezas en 2010 para la colección Glace, que incluía una pulsera, un brazalete, un collar de colgantes y anillos. Basándose en las imágenes de aves exóticas de flores paraíso, su colección tomó formas escultóricas integrada con cristales color swarovski.
Otros artistas que también han expuesto en el Museo Guggenheim Bilbao han aceptado el desafío de la alta joyería. Así, el creador británico de origen hindú, Anish Kapoor, tradujo sus enormes creaciones de acero o fibra de vidrio a un proyecto de escala reducida para la casa italiana Bulgari. Sus esculturas disminuyeron en tamaño para tomar la forma de un anillo, en acero y oro rosa, con el que reinterpretó el diseño de la marca para celebrar, en 2010, el décimo aniversario de su icónica colección B.zero1.