BILBAO - El chico de oro de Hollywood ha querido tomarse un respiro. Después de grandes producciones como Django desencadenado, El gran Gatsby o El lobo de Wall Street, Leonardo DiCaprio ha puesto millas de por medio y se ha ido a disfrutar del sol y de la costa de Brasil. La estrella de cine ha querido vivir la fiebre del mundial y como sabe que por estos días conseguir hospedaje en Sao Paulo no es nada sencillo, ha querido alquilar un yate de superlujo y vigilar de cerca las evoluciones de sus equipos favoritos. Ya se le ha podido ver disfrutando de la fiesta del fútbol y ataviado con los colores de Brasil en el partido inaugural del Mundial, que enfrentó a la canarinha con Croacia.

La ostentosa embarcación se llama Topaz y pertenece al jeque árabe Mansour bin Zayed Al Nahyan, viceprimer ministro de los Emiratos Árabes Unidos. El barco es una monada y se encuentra en la lista de los yates privados más grandes del mundo. Está registrado en las Islas Caimán y es común verlo atracando en New York y también por distintos diques del Mar Mediterráneo (Montecarlo, Marbella,...).

No es la primer vez que DiCaprio se da este tipo de caprichos, ni la primer ocasión que renta un yate, pues en abril hizo una fiesta temática de los años ochenta en la que estuvieron presentes, entre otros muchos invitados, Jamie Foxx y Orlando Bloom. El actor es exigente con sus papeles y su trabajo, pero luego también es amigo del solaz y de la jarana. Ahora, Leo y sus invitados (21 amigos íntimos) podrán disfrutar entre cada partido del gimnasio, el jacuzzi y las tres piscinas del yate, y si se les olvida algo o les da algún antojito podrán usar el helipuerto para ir a buscarlas.