EL presidente de EE.UU. y la primera dama se vieron obligados a pasar el día de los enamorados cada uno en una punta del país por motivos de agenda, una distancia que salvaron, como tantas otras parejas hoy en día, a través de mensajes en las redes sociales. "¡Hola Barack! Siempre seré tu valentine -enamorada- #FelizSanValentín", escribió Michelle en sus cuentas de Twitter e Instagram, un cariñoso mensaje que acompañó con un collage de una bonita secuencia de tres fotos en las que ambos están de gala bromeando, riéndose y dándose un beso en la mejilla. El presidente no tardó en corresponder a su esposa: "Esta es la verdad, @MichelleObama sigue siendo la mejor Valentine -enamorada-", escribió en un mensaje público de Twitter, al que adjuntó otra tierna imagen de la pareja, en la que besa a la primera dama también en el carrillo.
Este año los Obama, que no dudan en prodigarse en halagos y muestras de afecto mutuo a la menor ocasión, no han podido pasar juntos el día de los enamorados por la apretada agenda pública del presidente. De hecho, durante todo el día circularon bromas en las redes sociales con la pregunta, "¿Quién fue el presidente que celebró un San Valentín de cena con un monarca jordano?". El presidente pasó el día de costa a costa, entre Maryland y California, primero en un encuentro con legisladores demócratas, después con los agricultores afectados por la sequía y por último en una reunión con el rey Abdalá II de Jordania.
Esta imposible agenda obligó a los Obama a adelantar su celebración de San Valentín: el fin de semana pasado salieron a cenar a un elegante restaurante mexicano de la capital, el Oyamel del chef español José Andrés. La distancia no fue óbice para que los Obama dejaran claro una vez más el amor mutuo que se profesan, en una semana que comenzó con un rocambolesco rumor sobre un supuesto romance entre el presidente y la cantante Beyoncé.
Coincidiendo con la visita de Estado del presidente francés, François Hollande, a la Casa Blanca, el paparazzi galo Pascal Rostain anunció sin titubear que el prestigioso The Washington Post publicaría próximamente una información sobre un supuesto escarceo amoroso entre Obama y la popular cantante. La buena sintonía entre el matrimonio presidencial y el de Beyoncé y el rapero Jay-Z es vox populi en Estados Unidos, de ahí que el rumor de un supuesto romance, que corrió como la pólvora en los medios franceses, fuera descartado desde el primer momento por "absurdo" y "obviamente falso" desde las redacciones del otro lado del Atlántico. El rotativo estadounidense desmintió rotundamente a Rostain. Su portavoz, Kris Coratti, aclaró que ese supuesto reportaje es "absolutamente falso" y que el diario, uno de los más respetados del mundo, no se dedica a ese tipo de noticias.
televisión La segunda temporada de House of Cards se estrenó el viernes al completo en Netflix, un acontecimiento para los seguidores de la serie como el presidente, quien pidió ayer en Twitter que "por favor" nadie le desvele la trama. El inusual tuiteo con el mensaje "no spoilers" fue el único del día que se salió de la tónica política de la cuenta de Obama, un dato significativo del interés del líder estadounidense por esa serie sobre los entresijos del poder en Washington. Verse de una tacada los 13 capítulos, cada uno de una hora, como harán los más fanáticos, es para Obama una utopía. Ya en diciembre, en un encuentro con el consejero delegado de Netfilx, Reed Hastings, el presidente bromeó sobre la posibilidad de que le pudieran entregar por adelantado los episodios después de que Hastings le ofreciera hacer un cameo en la ficción que protagoniza Kevin Spacey. Pero House of Cards no es el único programa que entretiene a Obama, un ávido consumidor de series. A finales de 2013 The New York Times aseguró que estaba tratando de acabar Breaking Bad y en 2011 reconoció su predilección por Homeland y Boardwalk Empire, si bien cuando se trata de ver televisión en familia prefiere las comedias como Modern Family, según admitió a la revista People.