POLA Kinski, la hija mayor del fallecido actor de cine Klaus Kinski, lanza hoy en Alemania una biografía en la que acusa al conocido artista de haber abusado sexualmente de ella durante años. Bajo el título Kindermund (Palabras de niño), esta obra de 270 páginas se asemeja a un acto de liberación, de depuración y un ajuste de cuentas de la actriz, de 60 años, con el célebre padre, muerto en 1991. Además de la desesperación que destila el texto una y otra vez, describe al detalle lo ocurrido entre padre e hija: "Siento su lengua sobre mi piel, entre las piernas, cada vez más alta, muy lentamente, y quedo sorda".
La hija mayor del extravagante y colérico protagonista de películas como Fitzcarraldo afirma que su padre comenzó a abusar de ella cuando tenía 5 años y que hasta los 19 no se pudo librar de sus acosos. También cuenta cómo el actor la conminaba a mantener en secreto lo que ocurría entre ellos. La semana pasada explicó al semanario Stern que su padre abusaba de ella asegurándole que era algo normal y que "los padres de todo el mundo hacían eso con sus hijas". Cada vez que le hacía un regalo lo llamaba "recompensa de puta". En esta entrevista definió a su padre como "simplemente un pederasta". "Salgo en busca de mi alma", declara la autora al final del libro. Pola procede del primer matrimonio de Klaus Kinski con Gislint Kühlbeck, mientras que su hermanastra Nastassja es fruto de las segundas nupcias de Kinski con Ruth Brigitte Tocki. Kinski se casó por tercera vez y tuvo a su hijo varón, Nikolai.
Esta mujer afirma que escribió el libro en respuesta al culto actual del que su padre es objeto, presentado como un actor talentoso en particular por sus interpretaciones de psicópata. "No podía escuchar más: '¡Tu padre! ¡Genial! ¡Talentoso! ¡Siempre lo amé!'. Desde su muerte esta adoración es cada vez peor", explicó. Pola Kinski, que dice haber vivido toda su infancia con el miedo permanente a las explosiones de violencia de su padre, asegura que jamás le pudo ver como un actor. "Cuando lo vi en sus películas siempre pensé que era exactamente como en casa", añade.
apoyo También Nastassja Kinski sostiene que su padre la molestaba con intentos de acercamiento fuera de lo normal. "Lo intentó. Me abrazaba con demasiada fuerza, tanto que no podía desprenderme. Tendría cuatro o cinco años", dijo la también actriz, de 51 años, en declaraciones que reprodujo ayer el dominical alemán Bild am Sonntag. "Me besaba en la mejilla y no me sentía bien. Sentía que no eran los abrazos cariñosos de un padre sino algo más", agrega. Nastassja dijo que su padre nunca fue tan lejos con ella como con su hermana y que le tenía "un miedo tremendo". "Era un tirano. Era tan impredecible, tenía aterrorizada a la familia (...) Me alivia que ya no esté vivo". "Él no era un padre, el 99% del tiempo tenía miedo de él", agrega la actriz, que califica a su hermana de "heroína". "Si hubiera podido hoy en día, haría todo lo posible para que fuera a la cárcel. Cuando murió, algunas personas me dijeron que lo sentían. Yo, no", concluye.
Pola no ha podido llevar una vida normal, atrapada entre los extremos: entre el lujo, el terror y la desmesura del padre en Roma y la vida burguesa, estricta y despojada de sentimiento en el hogar de la madre, nuevamente casada, en Múnich. Siempre se sentía atraída por el otro extremo, siempre en busca del amor de los progenitores. Un amor que su padre le negaba cuando no se mostraba dócil: "Esta falta de amor es intolerable. Por ello, me vuelvo obediente y hago lo que él quiere. Sólo para que me vuelva a querer". Las confesiones de Kinski no son de una gran calidad literaria, pero conmocionan y resultan creíbles. Queda el interrogante de si le traerán la paz que ansía.
Klaus Kinski murió en EE.UU. en 1991 a los 65 años. Fue uno de los actores fetiche de Werner Herzog. Actuó, entre otras películas, en Nosferatu, el vampiro, Aguirre, la ira de Dios o Woyzeck. Era un adicto al sexo y sus hazañas sexuales quedaron reflejadas en su autobiografía, Yo necesito amor.