Estampados y color, denominador común de la Fashion Week Madrid
Ion Fiz se inspira en la delicadeza de la porcelana portuguesa y el bohemian chic lisboeta Maya Hansen crea un sello 'tropical punk' de inspiración mexicana
Madrid. Fashion Week Madrid llegó ayer al ecuador con división de propuestas. Diseñadores como Ailanto, Ana Locking y Ion Fiz se decantaron por los estampados de motivos naturales y animales, mientras Torretta centró su discurso con binomios de color, en los que también se apoyó el minimalismo de Kina Fernández. Propuestas para todos los gustos en la cuarta jornada de la pasarela madrileña aunque siempre con un pie en la situación económica actual.
Ana Locking, con potentes estampados, inauguró la jornada con su propuesta más comercial hasta el momento, mientras que Torretta trabajó más el vestido de ocasiones especiales, consciente de que ese es su fuerte. "Es una colección, colorista, dulce y optimista", explicó el diseñador, quien, en esta ocasión, dejó descansar al tono negro y prefirió trabajar y aliarse con tonos alegres como el amarillo o el naranja. Torretta inauguró su desfile con un camisero brocado con blanco y negro de líneas suaves y femeninas y continuó con una serie de vestidos en los que mezcló distintas texturas y distintos colores, todos ellos presumían de una buena dosis de fiesta y se adornaban con suaves volantes en el pecho.
Los hermanos Ailanto, ajenos a las tendencias y fieles a su personal imaginario, presentaron una colección inspirada en una villa de los años cincuenta, que cede todo el protagonismo a la blusa, resaltada por los volúmenes en las mangas y el contraste de tejidos y colores. "Los tejidos son los que te llevan a las prendas", indicó Iñaki Muñoz. Una propuesta inspirada en los suelos, texturas y la naturaleza tropical de Villa Planchart (Caracas, 1956), una obra del arquitecto GioPonti que mostraron en el ecuador de Fashion Week Madrid. Entre los siete estampados que trabajaron, destacan las formas adiamantadas de los suelos de mármol de esta obra maestra de la arquitectura, los motivos naturales del jardín, y los papagayos, tucanes, y tréboles de cuatro hojas. A lo largo de las 43 salidas, el color primó en la mayoría de las propuestas de Kina Fernández, gallega que presentó vestidos con detalles bordados metálicos a modo de flecos y bañados en tonos rosas, turquesas y ocres.
Desfiles conjuntos Ion Fiz y Maya Hansen, dos universos creativos totalmente distintos sobre una misma pasarela. Si el primero se inspira en la delicadeza de la porcelana portuguesa y el bohemian chic lisboeta, la segunda derrochó color y sensualidad con su tropical punk de inspiración mexicana. El primero de los tres desfiles conjuntos de ayer transportó la cuarta jornada de Madrid Fashion Week a la Lisboa más bohemia y al México de Frida Kahlo, la lucha libre, los Mayas y la Virgen de Guadalupe. El primero fue el vasco Fiz, que "ha trabajado mucho" en una colección donde cede todo el protagonismo a la porcelana portuguesa y los estampados de tapicerías, unos diseños que ha querido "sacar" del salón "a la calle", afirmó. Estos tejidos han aportado siluetas con volumen a los trajes de la mujer y los ha pegado como una coraza a los modelos de hombre. Los estampados, sobre blanco roto, se dibujan en tonos frambuesa, rojo, negro, azul navy y toques de ocre, sobre vestidos para todas las ocasiones, desde las propuestas de falda y camisa o vestidos para el día a día, hasta trajes de noche palabra de honor, o un vestido joya hecho con cristales Swarovsky en tela ignífuga. Estampados también, pero más barrocos, los de Maya Hansen, que ha creado un sello tropical punk para una colección en la que si bien los corsés siguen siendo la pieza estelar, tiene "menos presencia" que en anteriores ocasiones. La madrileña combina su "apasionada relación de amor" con México, con las estructuras de metal, en unas propuestas futuristas.
María Barros ha querido rendir homenaje al escultor Brancusi, autor de La Musa Dormida con exquisitas prendas confeccionadas con colores planos, sin estampado alguno con el fin de modelar formas a su antojo. Tan solo los colores de los materiales presentes en la obra de Brancusi tiñen los fabulosos vestidos Barros. "Aunque es una colección de primavera he querido ser fiel a los tonos de la madera, el bronce, el mármol y la piedra, materiales con los que trabaja el escultor", puntualizó. Por su parte, Sara Coleman trasladó el mundo marino a su colección primavera-verano 2013, en la que también estuvo presente la esencia del traje de neopreno, "el sello de la casa", contó la diseñadora. Con tonos neutros y apuntes de tonos azules, verdes y naranjas, Coleman ha creado una serie de vestidos joviales y muy frescos, unos con patrones más pegados y otros más suaves.