Madrid. La navegante holandesa Laura Dekker, que a sus 16 años intenta dar la vuelta al mundo en solitario, está a punto de acariciar su objetivo, pero acusa el calor o la falta de sueño pese a seguir fascinada con el cielo estrellado del Atlántico. Quinientos días después de arrancar este viaje, ha comenzado la fase final para alzarse con el título de la persona más joven en dar la vuelta al mundo en barco. En agosto de 2010 partió con su barco Guppy desde Gibraltar y ahora se encuentra en aguas del trópico. "Durante el día, Guppy parece cada vez más un horno", cuenta la joven en la última entrada de blog. "Por ello duermo de día y estoy despierta de noche, lo que es un bonito cambio, con un hermoso mar iluminado por la luna y miles de estrellas a las que mirar". En Año Nuevo, que Laura celebró con música a bordo, la joven comentó admirada la belleza de la noche. La luna y las estrellas, dijo, son un buen sustituto de los fuegos artificiales, sin que moleste ninguna luz artificial. "En el mar no hay contaminación lumínica, por eso el cielo estrellado es tan hermoso", escribió en su blog.

Ante la costa africana, la joven navegante se refrescó en aguas atlánticas del trópico. "Cada día hace más calor y me eché varios cubos de agua para refrescarme", escribió al comenzar el año. La joven holandesa navega por el Atlántico rumbo al norte. Su objetivo es llegar, tal como estaba previsto, a fin de mes. Así podría batir el récord que hasta la fecha está en manos de la australiana Jessica Watson, quien dio la vuelta al mundo en solitario y llegó a Sydney el 15 de mayo de 2010, tres días antes de cumplir los 17 años. La holandesa Dekker alcanzará esta edad el 20 de septiembre de este año.

Antes del viaje se produjo una disputa legal porque desde los organismos de protección del menor en Holanda se quiso impedir el viaje de Laura. Su padre y su madre, que están divorciados y al principio estaban en contra del propósito de la joven, apoyaron a la entonces muchacha de 14 años, igual que sus abuelos. Laura llegó incluso a huir de las autoridades holandesas marchándose al Caribe, para conseguir un barco, pero fue detenida y tuvo que regresar a Holanda. Finalmente, la "joven navegante con sal marina en la venas" (como la llaman los medios holandeses) pudo hacerse a la mar, un elemento que conoce bien ya que nació en un barco en Nueva Zelanda, mientras su padres daban la vuelta al mundo en el mismo medio.