londres. Ya sea en la vida real o en la gran pantalla, parece que la ex primera ministra británica Margaret Thatcher no ha perdido ni un ápice de su potencial para dividir a la opinión pública. Al menos, así lo demuestra el biopic La dama de hierro, que a unas semanas de su estreno genera ya apasionados debates.

En la que se prevé como una actuación de Oscar, la actriz Meryl Streep da vida a la exmandataria, que ahora tiene 86 años, retratándola como una mujer frágil que sufre demencia. Entre tanto, varios flashbacks ponen en el punto de mira aspectos clave de la era Thatcher (1979-90).

"Quería hacer una película sobre la mortalidad, sobre cómo se escapa la vida... Y encontramos una historia que sentimos que podía contar eso", explicó Streep al Daily Telegraph. Según Streep, el biopic ofrece una mirada "completamente subjetiva" hacia Thatcher, retratando la "caída y disminución de su poder".

Según contó, le resultó muy interesante hablar con otra gente sobre la exmandataria, porque "todo el mundo tenía una opinión de ella". Su principal reto a la hora de encarar el filme, que dirige la británica Phyllida Lloyd (Mamma Mia!), era "capturar aquello de ella que atraía a la gente y aquello que hacía que otros la tuvieran un odio especial".

En cuanto a posibles paralelismos con el personaje, la actriz sostiene que probablemente sea tan "apasionada" de su trabajo como lo fue Thatcher y que, como la mandataria, no quiere tergiversaciones.

Para Michael Portillo, exministro de Defensa y aliado de Thatcher, pese a la "magnífica" interpretación de Streep se sintió "incómodo" con las escenas en las que se muestra la enfermedad. "Reconozco que es una tremenda obra de arte, pero será controvertida", predijo. Y también los hijos de Thatcher, los gemelos Mark y Carol, se mostraron consternados por el argumento, que consideraron "una fantasía de izquierdas". Con todo, la directora del filme confió en que los espectadores se den cuenta del cuidado que Streep ha puesto en preservar la "dignidad" de Thatcher.