Oslo. Los príncipes herederos Haakon y Mette-Marit de Noruega celebraron ayer el décimo aniversario de su boda con una ceremonia religiosa en la catedral de Oslo a la que asistieron la Casa Real y altos cargos del Gobierno. Los reyes Harald y Sonia y la princesa Marta Luisa, con su esposo Ari Behn, encabezaron la representación de la Casa Real noruega, que incluyó a los dos hijos de los homenajeados, la princesa Ingrid Alejandra, de 7 años, y el príncipe Sverre Magnus, de 5, así como al joven Marius, de 14, hijo de una relación anterior de Mette-Marit. Por deseo expreso de Haakon y Mette-Marit, ambos de 38 años, se repartieron 200 entradas entre ciudadanos para asistir a la celebración. La ceremonia fue oficiada por el obispo emérito Gunnar Stålsett, quien casó a los príncipes en el mismo lugar hace diez años y al que ambos reconocen como un importante apoyo, sobre todo la princesa. Su condición de madre soltera y su pasado ligado a los ambientes relacionados con el consumo de drogas -su pareja llegó a ser condenado por tenencia de cocaína-, provocaron un escándalo en los medios noruegos y una fuerte presión.
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