Santander. El diseñador colombiano Carlos Arturo Zapata ha dado esta semana un buen motivo para pensárselo dos veces antes de criticar el dudoso gusto en el vestir de alguien con el habitual comentario de "parece que se ha puesto el mantel", y mostró cómo crear alta costura con esa tela de mesa. En un aula presidida por dos maniquíes que exhibían vestidos realizados con mantelerías, y con el sonido de Como las alas al viento de Rocío Jurado de fondo, este creador enseñó a un pequeño grupo de alumnos y periodistas de la Universidad Menéndez Pelayo de Santander cómo sacar el escote y las mangas, cómo cortar el talle y cómo hacer la falda. Vestido con una camisa blanca de bordados, hecha también a partir de un mantel, Zapata se puso a la faena con una pieza redonda de encaje como única materia prima. Con esos mimbres, y con un maniquí, un espejo, tijeras, alfileres, hilo y aguja, dio forma primero a "un abrigo o capa de novia", pensado para un corte imperio con lazo de raso. Pero como "eso sería lo más fácil", lo desbarató para "dejar fluir" las ideas y ver qué salía. El diseñador ve el mantel como algo "casi sagrado", por la gente "que ha podido comer en él" y, sobre todo, "por tantas manos" que han elaborado sus encajes. Según explica, este material ya "de por sí" tiene "un lenguaje" y "unas figuras" que invitan a recrear prendas "sin dibujo", al hilo "de la magia de la creación". Y es que Zapata se considera a sí mismo "un couturier", un modisto de los de antes y de los que ya no quedan, porque "ya no hay grandes, como Saint Laurent o Dior", los últimos "que cosían".
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