londres. El cantante y compositor británico Elton John confesó ayer en una entrevista que las drogas que tomó durante años estuvieron "muy cerca" de matarle.

En conversación con el periodista Piers Morgan en el programa Piers meets Elton: a life stories special, que se emitió anoche en la cadena ITV, el cantante admitió que siente escalofríos al recordar su comportamiento.

A la pregunta de Morgan de "¿cómo de cerca estuvieron las drogas de matarte?", el cantante respondió: "Muy cerca. Quiero decir, tenía ataques epilépticos que me hacían ponerme azul y la gente me encontraba en el suelo y me metía en la cama, y al cabo de 40 minutos estaba esnifando otra línea".

"Era así de deprimente, me quedaba hasta tarde, fumaba porros, me bebía una botella de Johnnie Walker y entonces me quedaba levantado tres días y después me iba a dormir durante un día y medio", explicó.

"Me levantaba otra vez y, estaba tan hambriento al no haber comido nada, que igual engullía tres bocadillos de beicon, un bote de helado y después lo vomitaba todo, porque me convertí en bulímico, y entonces lo volvía a repetir todo. Así de trágica era mi vida", rememoró el artista.

Pese a todo, asegura que no se veía a sí mismo como a un "drogadicto", término que asociaba con la "gente que se pinchaba en los brazos". "Y era el mayor yonqui que había", reconoció en la entrevista.

En otro momento de la conversación, el cantante habla de sus posesiones más valiosas. "Compré una fotografía por un millón de dólares, y era sólo una fotografía. Era un Man Ray (artista estadounidense). He estado coleccionando fotografías desde 1991, y entre David (su pareja) y yo tenemos probablemente la mayor colección privada de fotografía, me lo tomo muy en serio, aunque no hablo mucho de ello", afirmó.

Preguntado sobre cuál es el objeto que la ha reportado más felicidad en su vida, declara: "Un vibrador, sin duda. Uno de oro".

Ahora, el cantante se encuentra más centrado y no busca en las drogas el camino para escabullirse de la realidad. Desde hace 16 comparte su vida con el cineasta canadiense David Furnish, con el que se casó en diciembre de 2005, después de que entrara en vigor en el Reino Unido la ley que permite casarse a las personas del mismo sexo.

La pareja celebró su enlace en el mismo ayuntamiento, el de Windsor, en que se casaron unos meses antes el heredero del trono británico, el príncipe Carlos, y Camilla Parker Bowles.