puente viesgo. El príncipe Alberto II de Mónaco recorrió, ayer martes, los pasos que siguió su tatarabuelo, Alberto I de Mónaco, en la cueva de El Castillo. Un yacimiento arqueológico, sito en la localidad cántabra de Puente Viesgo, que su ascendiente patrocinó en sus inicios, hace un siglo, y que actualmente es un complejo reconocido como Patrimonio de la Humanidad.
Tras su visita, el príncipe abandonó Cantabria por la tarde "impresionado" por la "belleza" de la región y "entusiasmado" con su patrimonio, según relató el presidente de la Comunidad Autónoma, Miguel Ángel Revilla, tras despedirle en el aeropuerto de Parayas.
Después de comenzar la visita en Santander, la comitiva se trasladó a Puente Viesgo, donde el príncipe se encontró con una gran piedra que simula un hacha bifaz con 125.000 años de antigüedad. Fue instalada hace 50 años con una inscripción que recuerda el texto que su tatarabuelo escribió en el libro de visitas.
En la primera década del siglo XX los investigadores Herminio Alcalde y el padre Lorenzo Sierra trabajaban en distintas excavaciones, para las que contaron con la colaboración del prehistoriador francés Henri Breuil, y el mecenazgo del Príncipe Alberto I de Mónaco, que dio su apoyo económico a las primeras excavaciones de la cueva El Castillo.