El mundo entero era un temblor, aterrorizado por los estragos de la pandemia del covid. Y en ese tiempo sobrecogedor la música era un bálsamo de Fierabrás, una cataplasma que aliviaba los dolores del alma, que hacía compañía. Les hablo de 2020, año en el que se cumplía el centenario del conservatorio de música Juan Crisóstomo Arriaga. No pudo celebrarse hasta un tiempo después, cuando entre un mar de autoridades y gente melómana que aún era reticente a reunirse, sonó Sueño de Amor, de Franz Liszt, y la Sonata nº 3 de Chopin. La melodía brotó de las manos prodigiosas del alumno más aventajado de todo ese siglo, Joaquín Achúcarro. Y si quienes estaban allí no lloraron, que no lo sé, fue porque hicieron esfuerzos de contención.

El conservatorio tiene su prehistoria porque Bilbao siempre fue tierra que ama la música. ¿Hasta donde hay que retroceder para encontrar su Altamira...? Quizás hasta 1877, cuando el Ayuntamiento de Bilbao fundó la Academia vizcaina de Música. Aunque esta primera etapa fue breve (cerró sus puertas cinco años después, en 1882...) la reapertura en 1903 marcó el inicio de una época dorada. En sus aulas se formaron músicos de la talla de Jesús Guridi, Sixto Osorio y Jenaro Morales, entre otros.

Conservatorio en Bilbao

Digamos que el 9 de julio de 1919 la Diputación Foral de Bizkaia aprobaba el proyecto para la creación de un Conservatorio de Música en Bilbao. Lo impulsaban años de entusiasmo creciente por la música y un camino abierto por personalidades y entidades particulares, como les dije.

Se pensaba ahora en dar respuesta, desde las instituciones públicas, a la demanda de enseñanzas musicales que crecía día a día en todo el territorio y muy particularmente en Bilbao que, en pleno desarrollo, rebasaba ya los cien mil habitantes. La Diputación Foral de Bizkaia, de momento en solitario, asume la responsabilidad del nuevo Centro, aunque no deja de invitar al Ayuntamiento, reservando puestos en la Junta de Gobierno “para el caso de que quiera prestar su concurso a la Institución”.

Veamos cómo va todo. Las pruebas para el profesorado y el alumnado se celebraron en junio de 1920. La plantilla ya está creada en septiembre, pero los locales aún no están a punto. Esperen. ¿Quién aparece por ahí...? Es la Sociedad Filarmónica, cuyos fundadores y dirigentes habían impulsado la creación del Conservatorio y son además integrantes de la Junta de Gobierno. Ceden sus locales para que se pueda iniciar el curso en la fecha prevista: el 1 de octubre de 1920.

Comienza su andadura el Conservatorio de Música en Bilbao con una plantilla de 25 profesores y 423 alumnos. Las previsiones más optimistas respecto a la demanda se han visto desbordadas. Bilbao y Bizkaia esperaban este Conservatorio. El traslado, en febrero de 1921, a su primera sede, unos locales arrendados en la calle Santa María, en el Casco Viejo, confirmará esta realidad. La nueva sede es insuficiente. Se pone de manifiesto desde el primer momento la necesidad de una ubicación que responda a los serios planteamientos que se ha propuesto la Junta respecto a la enseñanza de la música. Esta aspiración tardará aún en materializarse, pero llegó, por fin, cuando la Diputación dispuso de locales propios para instalar el Conservatorio en una parte del edificio construido para Biblioteca y Archivos. El curso 1927-28 comenzó ya en la calle Diputación, en donde el Conservatorio ocupó la segunda y tercera planta. Ahí es donde lo conocimos la inmensa mayoría. Y no conviene olvidar que hasta el curso 1955-56 prestará esta entidad su sede al Conservatorio en sus celebraciones extraordinarias.

La Orquesta Sinfónica de Bilbao, nacida bajo los mismos auspicios e ilusiones que el Conservatorio en 1922, tuvo como primer director a Armando Marsick, que era desde ese mismo año director del Conservatorio. Era, como ven, una figura capital en la música de Bilbao en aquellos años.

Observemos los primeros logros. El primer alumno que terminó su carrera en el Conservatorio representa un justo orgullo para este centro. Jesús Arambarri obtenía el Grado Superior de Órgano en el curso 1921-22 y el de Piano en el 1925-26. Junto a Clara Bernal obtenía ese año el Premio de Piano. Eran algunos de los primeros frutos.

Nuevo edificio en Sarriko

Toda una vida de armonías que en el curso 2006-2007 dio un salto. El nuevo edificio situado en la Plaza Ibarrekolanda vivió su inauguración oficial el 27 de marzo de 2007. El nuevo edificio, situado en Sarriko, alberga las instalaciones para las enseñanzas de música de grado elemental y de grado profesional que ofrece el Conservatorio de Bilbao, perteneciente al Departamento de Educación, Política Lingüística y Cultura del Gobierno Vasco.

El Conservatorio de Bilbao ofrece la posibilidad de realizar, en colaboración con el IES Ibarrekolanda BHI, los estudios de Bachillerato Musical. Este moderno edificio dispone de todo lo necesario para impartir y aprender música en excelentes condiciones: aulas de estudio, biblioteca, sala-comedor, etc. y un auditorio con una excelente acústica en el que se programan conciertos interpretados tanto por el alumnado como por el profesorado. ¿Quieren una curiosidad? En el conservatorio se encuentra Bele, escuela vasca de Luthería desde 1986. Enseñan a construir instrumentos de cuerda (violín, viola y violonchelo) a mano, combinando nuevas técnicas de acústica. Una hermosura.