Es uno de los corazones de Algorta –que digo de Algorta, de Getxo entero...– y uno de los lugares con más historia de la zona. Les hablo de Usategi, el paseo costero que une la zona del Puerto Viejo de Algorta con la playa de Arrigunaga. Hoy se contempla como sitio de recreo, remodelado a partir de 2023 pero este lugar tiene una vida por detrás, un camino bien diferente al actual. Existen, espolvoreados en este camino que mira al mar, carteles informativos. Uno de ellos lleva por título Hablando con banderas y recuerda que “por su ubicación estratégica y batería de cañones, el Fuerte de San Ignacio, construido hacia 1640, fue uno de los principales puntos de defensa del Abra frente a los barcos hostiles y ataques piratas, junto a la pequeña fortificación de Arrigunaga y el fuerte de La Galea (...)”.
Ven como la historia dejó su huella. Una investigación aporta información relevante sobre algunos de los principales procesos históricos y arqueológicos acaecidos en la zona. De ella se concluye que en los últimos cuatrocientos años los ataques extranjeros a la costa vasca durante la Edad Moderna, la ocupación francesa entre los siglos XVIII y XIX, la gran reorganización urbana de Getxo en la segunda mitad del siglo XIX, la fortificación del litoral durante la Guerra Hispano Estadounidense... En la actualidad Usategi es un espacio de ocio con cierto regusto romántico, pero un recorrido por su historia cuenta más, mucho más. Ya ven.
Relatan los viejos cronicones del ayer cómo en 1791 el Consulado de Bilbao mejoró los sistemas de comunicación implantando banderas en los puestos de vigía o atalayas. En Algorta se erigió el promontorio de Usategi que pasó a convertirse en un punto clave de vigilancia del Abra y transmisión de comunicaciones mediante gallardetes o banderas de colores (rojo, blanco y negro). Las señales emitidas eran recogidas en el monte Elorriaga y de ahí se enviaban al Arenal de Bilbao. No por nada, a la zona se le conoció como Plaza de las banderas.
Hubo un tiempo en el que se celebraban en estos parajes romerías en torno al 12 de agosto, San Nicolás, organizadas por los habitantes del puerto de Algorta y las vistas que hoy se contemplan permiten recrearse en el tráfico marítimo de entrada y salida del Puerto de Bilbao. Es entonces cuando uno puede reconocer, desde las alturas, los distintos tipos de barcos que navegan por nuestras aguas: trasatlánticos de turismo, portacontenedores, gaseros, veleros y yates de recreo; graneleros, barcos pesqueros, dragas y petroleros entre otros. Es un curioso retablo sobre las aguas.
Cuenta la Diputación Foral de Bizkaia que, en la primavera de 2021, en el contexto de un proyecto de reforma de envolvente en la cafetería Usategi de Getxo, se llevó a cabo una labor de evaluación de impacto arqueológico de la obra. El parque público de Usategi es zona de presunción arqueológica (ZPA) desde 1997 (BOPV, nº 105 del 6 de julio de 1997). En su ficha se menciona la existencia de la “batería de Usategi” o “fuerte de Usategi”. Parte de las instalaciones de la cafetería como el sótano y la terraza de acceso se sitúan dentro de la ZPA.
Relata la propia institución foral cómo en la primera mitad del siglo XVII, Algorta era una pequeña localidad costera especializada en la pesca y en servicios portuarios. Su situación estratégica, en tanto que núcleo poblado que parece pender de las laderas de Usategi y en un lugar clave en la margen derecha del Abra, provocaba el castigo continuo de los vientos del noroeste, pero al mismo tiempo favorecía dicha vocación marítima. Las casas del actual Puerto Viejo o Portu Zaharra se estructuraban en torno a la ermita de San Nicolás, lugar de reunión de la Cofradía de Algorta hasta que, en el siglo XVIII, se construyó el edificio de Etxetxu.
En aquel tiempo, asegura el estudio foral que firma Josu Santamarina Otaola, existía una diferenciación clara entre dos tipos de población en Getxo. Por un lado, el vecindario de Andra Mari recibía los siguientes apelativos: “Vecinos caseros, caseros que no navegan, caseros de la montaña, vecinos trabajadores de la montaña o gente de tierra”. Mientras que, por otro lado, el vecindario de Algorta estaba compuesto por “mareantes maestres de lanchas y marineros del puerto de Algorta, mareantes del puerto, vecinos del barrio o gente de mar”.
El siglo XVII fue el siglo de la decadencia de la Monarquía Hispánica como sistema político y económico imperial. Estados como Inglaterra, Francia o las Provincias Unidas se disputaban la hegemonía recién perdida por parte de los poderes ibéricos. Según asegura Immanuel Wallerstein, sociólogo, economista e historiador estadounidense, buena parte de las disputas internacionales de los siglos XVII y XVIII tuvieron lugar en el mar, en la medida en que éste era el principal espacio de intercambio económico en el mundo moderno.
La idea de hacer un parque público en Usategi se remonta a la década de 1920, pero el espacio no fue completamente desmilitarizado hasta la década de 1950. Entre 1944 y 1955, la propietaria de una parcela situada inmediatamente junto a la antigua batería promovió la construcción de tres chalets que a día de hoy se encuentran junto al parque. La transformación de Usategi en espacio residencial y de ocio se iniciaba de esta forma tan getxotarra: mediante la construcción de villas como primera o segunda residencia en un entorno pintoresco.