¿Pertenece a una realidad o a una leyenda...? ¡Quién lo sabe! La historia no lo aclara del todo pero lo cierto es que la sombra del árbol malato se cierne sobre la creación del Señorío de Bizkaia, muy ligada también a la presencia de una posible presencia de sangre real escocesa, la incierta batalla de Padura y la leyenda de Jaun Zuria, como uno de los más célebres señores de Bizkaia. No hay textos que den veracidad y certeza a la historia que les contaré y que ubica en Luiando como frontera de Bizkaia y al árbol malato como testigo de todo cuanto les relataré, pero sí es verdad que luce un pie una cruz de piedra acompañada por la placa que hoy, en pleno siglo XXI, recuerda lo que se dijo. La placa, instalada en 1730, reza: “Este es el sitio donde estaba el memorable Árbol Malato del que hablan las historias y la Ley quinta del Título primero del Fuero del Muy Noble y Leal Señorío de Vizcaya. Año 1730”. Ahí queda dicho, todo ello muy ligado con Jaun Zuria, a quien se le conoce como el primer Señor legendario del Señorío de Bizkaia. Incluso existe un retrato suyo al óleo, del siglo XVI, y además es el primero que figura en la lista de la Casa de Juntas de Gernika.
Entremos en las brumas por las que cabalga la narración, al parecer más cercana a la leyenda que a la realidad. Como ocurre en tantas otras ocasiones, la historia se fue mezclando con la tradición y se creó la leyenda, que amplificaba y embellecía los hechos. Los recuerdos de revueltas contra el rey astur dieron lugar a tradiciones orales en Bizkaia que se fueron transmitiendo de padres a hijos. Estas tradiciones fueron recogidas por escrito por primera vez, ya en el siglo XIV, por un noble portugués, Pedro Alfonso de Portugal, conde de Barcelos, hijo bastardo del rey Dionís de Portugal, que fue desterrado a Castilla y trabó amistad con Juan Núñez de Lara, señor de Vizcaya por su matrimonio con María Díaz de Haro.
Pedro Alfonso incluyó esta tradición en su obra Livro de Linhages (c. 1340). Así narra los orígenes del Señorío: “Biscaya fue Señorio aparte antes que huviesen Reyes de Castilla i después estuvo sin Señor. Avia en Asturias el conde don Moniño, que vexando a aquella tierra le obligó a pagarle cada año una vaca, un buey i un cavallo blancos. Poco después deste acuerdo llegó allí, una nave, en que venía un hombre bueno, hermano del rey de Inglaterra, expulso de allá; y se llamava From: traía consigo a Fortun Froes su hijo. Supo de aquella gente la contienda con el conde don Moniño; dixoles quien era, i que si le aceptasen por señor los defendería. Hizieronlo ellos así i estando ya en posesión del Estado, llegó el tiempo de pagar al conde don Moniño el tributo, que él embio a pedir. Respondiole From, que viniese él a pedirlo.”
Para entrar en los relatos –ofrece dos versiones...– de Lope García de Salazar, muñatón, banderizo y cronista de Bizkaia, quien escribió un siglo después que Pedro Alfonso (y por lo tanto es inocente de acusación de inventor de esta historia...) conviene escuchar al historiador actual, Jon Bilbao, quien habla de que en la segunda mitad del siglo IX se establece en la ría de Mundaka una base vikinga que tiene relación con los reyes vikingos de Dublin: Olafr el blanco e Ivarr el Culebro.
Entran en escena ahora, porque así conviene, las dos versiones de Lope García de Salazar. En la primera asegura que “Una hija legítima del Rey de Escocia arribó en Mundaca en unas naos y vinieron con ella muchos hombres y mujeres... y aquí [en Mundaca] se dice que esta doncella se preñó, y que [por eso] la dejó en destierro su padre, y que la dejaron en Mundaca aquellas gentes que con ella vinieron y que se tornaron para Escocia con sus naos salvo algunos que quedaron con ella”.
Oigamos la segunda. “Que cuando el [rey] de Escocia padre de esta doncella murió [hizo rey a su hijo] y que [por] esto su hermana no quiso quedar[se] en el reino y que tomó aquella nao y que arribío allí en Mundaca. Y que estando allí durmió con ella en sueños un diablo que llaman en Bizcaya Culebro, Señor de la casa y que la empreño. parió un hijo, que fue mucho hermoso y de buen cuerpo y llamáronle don Zuria, que quiere decir en castellano don Blanco...”
Alrededor del siglo IX el Rey asturleonés Alfonso III envía a su hijo a someter Bizkaia bajo su mando y cobrar los impuestos. Tras arrasar varios pueblos, llega hasta Bakio. Los vizcainos tañen las bocinas de las merindades y deciden enfrentarse con los invasores. Así se lo hacen saber al rey: “Enbiaronle desir que querian poner este fecho en el juysio de Dios e de la batalla aplastada a donde el quisiera”. Sin embargo, el monarca les contesta que solo se enfrentará contra otro Rey o alguien de sangre real. Los vizcainos eligen a Jaun Zuria para que les capitanee, ya que, según la leyenda, era descendiente de un rey escocés.
La contienda es convocada en Padura, un campo cercano al actual municipio de Arrigorriaga. Tras una violenta batalla los vizcainos logran vencer a los leoneses, matando al hijo del rey, el príncipe Ordoño. Las piedras de Padura se tiñen de sangre y por ello pasa a llamarse Arrigorriaga. Los invasores comienzan la huida, y los vizcainos les persiguen hasta Luiaondo, donde Jaun Zuria marca en un árbol, de un espadazo, el límite jurisdiccional del Señorío de Bizkaia y el árbol pasa a denominarse Árbol Malato. Jaun Zuria se erige como el primer señor de Bizkaia. Los vizcainos le juran lealtad y aseguran que pelearán junto a él cuando lo requiera. Deberán recibir, eso sí, un sueldo si van a la guerra más al sur del árbol.